Estiró sus brazos mientras bostezaba, había dormido muy incómoda, toda la noche se la pasó acomodándose en la cama, ya necesitaba una sola cama donde encontrar su propio hueco y hacerlo su favorito.
Dormir mal no le sentaba bien, le dolía la espalda.
Lo primero que hizo fue ordenar desayuno a la habitación y tomar un rápido baño antes de que llegaran con el.
Se asomó a la puerta, cubierta por el blanco albornoz, tomó ella misma la bandeja y la llevó hasta el balcón, donde la colocó sobre aquella mesa, tomando primero el fresco zumo de naranja recién exprimido, con una temperatura perfecta.
Al terminar de desayunar movió sus manos sobre la bandeja para que las migajas cayeran allí, por unos cuantos minutos se quedó distraída mirando el panorama exterior, aquella ciudad ahora sería s
