Lucio, sin dudar ni un segundo, dio parte al señor Smith para que estuviera al tanto de lo que pasaba y que luego su hijo no le contara las cosas a su modo. Intentaba comunicarse con Candy para ponerla al tanto de la situación allí y también indagar quién podría querer perjudicarla, pero esta no contestaba las llamadas.
Tendría que hacerle una visita a su casa.
Cuando el señor Smith se enteró de lo que había hecho Albert, solicitó su presencia inmediata para tratar de solucionar aquello antes de que fuera muy tarde y no hubiera vuelta atrás.
Aquella noche Albert visitó la casa de su padre.
Sentado en su despacho, miraba a su hijo frente a él.
—¿No te vas a sentar?—preguntó. Esperaría a que Albert dijera el motivo de lo sucedido con Candy Weber, incluso si ya el señor lo supo a tra
