FIRE

CAPÍTULO 5

Tenía curiosidad de saber que era ese lugar al que Simon iría. ¿Qué era Fire y por qué lo emocionaba tanto?

Tome mi computadora y me aventé a la cama. Entre al buscador y teclee el nombre, después di enter y esperé a que el buscador arrojara los resultados.

"Fire, el mejor juego de toda la historia"

"¿Por qué no amar Fire?"

"Éxito en la venta de la película Fire"

"¿Cómo obtener el nuevo juego Fire?"

El buscador arrojó títulos como ese hasta que encontré el que yo buscaba: "El evento exclusivo, Fire". Seleccione el título y esperé a que abriera.

"La empresa Fire ha organizado un evento exclusivo en el que solo tus streamers favoritos asistirían.

El presidente de la compañía de juegos anunció que los streamers seleccionados estarán invitados a las instalaciones. Después competirán entre ellos en la nueva simulación de Fire 2.0.

Aún no se han revelado todos los detalles, pero se cree que el evento será como los anteriores".

Mi curiosidad aumento. Ese era un evento exclusivo y para que Simón estuviera invitado tendría que ser uno de los mejores en el juego. Mejor dicho, tendría que ser un streamer reconocido.

Volví al buscador y tecleé su nombre, entonces me aparecieron todo tipo de resultados.

“El caliente, Simón Williams”

“Simón, el número uno en NewTibe”

“El influencer que calienta más que el sol”

“El trágico romance del influencer Dizy”

“Así festejó sus diez millones de suscriptores, el streamer Dizy”

¿Qué pasaba con estos títulos idiotas?

Para comenzar Simón no era para nada calente y ¿Quién estaría tan idiota como para seguir a ese chico?

Solo por curiosidad entre a todos los títulos que me arrojaron y todos decían información sobre la vida del chico, algunos hasta decían la dirección de su casa, pero ninguna era la correcta.

Entre a NewTube y lo busqué. ¿Quién se pondría Dizy en su nombre de usuario?

Ya sabía por qué lo seguían tantas personas, ese chico tenía carisma y contaba chistes baratos que no daban risa, pero a él si. Aparte de ser un muy buen jugador. Pase casi toda la noche viendo sus videos, me di cuenta que él seguía siendo la misma persona a la cual conocí de niños, aunque en la escuela aparentaba ser un chico frío y para nada amigable, en cambio, en sus transmisiones era amigable con todos y muy cálido.

(…)

Así como llegó el fin de semana se esfumó. El día que odiaba también llegó. Es que los días lunes son tan aburridos y estresantes, si pudiera haría desaparecer ese día.

Por la mañana mi alarma sonó y con pereza me levante. Después tome mi uniforme y fui a ganarle el baño al insoportable de Simón. Cerré la puerta del baño y luego me dirigí a abrir el agua caliente. Entre a la ducha y dejé que el agua se llevara todo el estrés acumulado.

Termine de bañarme y salí del baño. Simón ya esperaba fuera así que en cuanto salí él entró y se encerró ahí dentro. Fui a la cocina para preparar el desayuno y cuando termine mi mamá llegó y se sentó a la mesa.

—Buenos días, Cariño— saludo con una enorme sonrisa.

—Buenos días, ma— sonreí al igual que ella.

Serví el desayuno y luego me senté en la mesa. Dizy o Simón llegó un rato después y se sirvió su desayuno. Cuando yo termine de desayunar me puse de pie, fui a mi habitación a traer mi mochila, luego regrese a la cocina y le di un beso a mi mamá. Camine hasta la puerta —Ya me voy— dije y abrí.

—Claro, cariño. Ve y vuelve con cuidado— me despidió con una sonrisa.

—Que tengas un buen día en el trabajo— añadí antes de salir.

Me coloqué los audífonos mientras caminaba hacia las escaleras del edificio. Mi mamá y yo vivíamos en el cuarto piso y aún me costaba un poco bajar y a ubir tantas escaleras. Mi rendimiento físico era un asco y por eso tenía malas notas en deportes.

Salí del edificio y comencé a caminar por la banqueta hasta llegar a la parada de autobuses, ahí esperaba el autobús.

Una vez estando en la escuela fui directo a mi casillero y saqué las cosas que ocuparía para las primeras clases. El chico idiota llegó hasta donde me encontraba parado y comenzó con sus insultos.

Yo solo lo ignore, no estaba con ánimos para seguirle el juego. Camine hacia el salón de clases, entre y tome mi lugar. Como era costumbre Simón se saltó las primeras dos horas de clase.

Por fin la hora del almuerzo llegó. Cuando el timbre sonó tome mis cosas y las llevé a mi casillero. Tome el libro que estaba leyendo y fui a las gradas a sentarme ahí.

Me coloqué mis audífonos y reproduje mi canción favorita. Después abrí el libro y retomé mi lectura.

Después de un rato Simón me arrebató el libro. Lo mire fulminante, en serio que estaba cruzando la línea de mi paciencia. Me quite el audífono —Devuélvelo— dije.

—No hasta que me des tu respuesta— me miró y luego miró el libro.

—Por favor, es obvio que no iré contigo— me pide de pie y trate de arrebatárselo.

—Bueno, en ese caso no me quedará otra opción— se aclaró la voz y luego comenzó a leer en voz alta.

En pocos segundos ya tenía la atención de varias chicas y chicos que estaban alrededor. La parte que estaba leyendo no era algo de que temer, pero luego recordé que el libro tenía escenas poco normales.

—Está bien, detente— me acerqué a él y levante mis brazos para quitarle mi libro. —No lo hagas.

—Acepta mi oferta y no le dire nada a nadie— dejo de leer y cerró el libro.

—Pero estás haciéndome elegir en contra de mi voluntad. Elija lo que elija será algo que no quiera.

—Pero supongo que no querrás ser la burla de la escuela por tus gustos hacia este tipo de libros. Si vas conmigo a ese viaje me olvidaré de lo que leí y tu secreto estará a salvo.

—¿Puedo pensarlo un poco más?

—No lo creo, el evento será en un mes y necesitamos el permiso de tu tutor para que asistas.

—Seré mayor en una semana.

—Entonces eso será mucho mejor— sonrió —Te daré el resto del día para que lo pienses, hoy en la noche quiero tu respuesta sino seré capaz de decirle a todo mi público sobre tus fetiches.

—Eso es una amenaza— balbucee. Simón me devolvió el libro y se dio la vuelta.

—Solo piénsalo— se alejó rápidamente.

¿Qué debía hacer?

En serio que si mi mamá se enteraba sobre eso me iría muy mal y Simón lo sabía. Estaba acorralándome en la pared con una espada filosa.