Ojos de bruja

5 La cruz en el pecho

Lea quedó anonadada con la altura de la cúpula, desde fuera se veía más pequeña.

No eran las únicas allí, ni mucho menos, estaba repleto de mujeres y algunos hombres de todas las edades, los cuales a Lea le parecieron perfectamente normales.

Una mujer con el pelo plateado abrió una trampilla oculta en el suelo.

Bajo ella se extendían unas escaleras hasta la enorme galería, con paredes engrutadas y salvajes.

—¡Cristo!— murmuró Lea asustada al distinguir una cara medio descompuesta bajo un extraño atuendo.

—Shhhh, silencio niña—la regañó con un codazo en el costado.— Esa es Begonia Echarri, la bruja más vieja aún viva.

La joven continuaba impresionada por su faz, le pareció a punto de derretirse y con una insana palidez.

—¿Cuál es su edad? Si puede saberse.—su decrepitud era extrema.

—Cuenta ya 92 años y dos meses. Ha oficiado 821 aquelarres.— desde luego esa era una cifra desmesurada para la esperanza de vida de la época.

—¿Ha estado alguna vez en una de estas reuniones?— Lea negó dudando si ponía en peligro su pellejo.—Entonces tengo mucho que explicar mi querida niña, ¿por qué no me lo contásteis antes?

—Yo...— sentía la falta del peso de la cruz en el pecho como una perfecta metáfora.

—No debéis tener miedo.