Yelena tomo la decisión de quedarse en casa aunque su madre siguiera sin hablarle, la paso encerrada en el cuarto de Jimena ya que ella le estaba tomando medidas para hacerle un vestido con unas lindas telas que había comprado hace poco, era una modista fantástica y la mayor parte de vestidos que Yelena tenía habían sido hechos por su hermana, además desde que era una niña siempre habían jugado a qué la menor era una muñequita que Jimena podía peinar y vestir a su antojo, en cierto modo a Yelena le gustaba mucho recibir esas atenciones de vez en cuando. La cena paso en un silencio parecido al del medio día y de nuevo ambas subieron a la habitación aunque esta vez fue a la de Yelena, estuvieron jugando y peinando sus cabellos hasta que el sueño las invadió, la mullida cama y el calor de una
