Se quedo observando el cielo por tanto tiempo que olvido que se quedó con la chaqueta del padre y solo fue consciente de ello cuando llevo su mano al cuello sintiendo una leve comezón, se sentó entre la hierba alta y se lo quito para observarlo, no lo había notado antes pero tenía un olor muy agradable, fresco como la menta e intenso como la madera de los pinos pero a la vez tan sutil que pudo hasta llegar a sentirse relajada. El sonido de la brisa contra las hojas de los árboles y la paz en la que sintió sumida en la soledad del bosque hicieron que Yelena se quedará con la mente en blanco por unos largos minutos hasta se dejó caer hacia un lado, soltó su cabello, se quedo con sus brazos extendidos sobre la hierva verde rodeada de muchas flores olorosas y con el chaleco cubriendo sus ojos,