Capítulo 9: ~Boda y sorpresas (segunda parte)~

1722 Words
Pasó casi una hora de que el hombre estuviese hablando y cuando Amanda observó que el joven asintió ella imitó su acción provocando una carcajada por parte del hombre mayor que solo dijo: — Jaja, Adulescentem incendio nuptam possis oscula,(joven de fuego, puede besar a la novia).— habló con una gran sonrisa. Aquel muchacho solo tomó la mano derecha de Amanda y con su mano libre levantó el velo que cubría su rostro, provocando que sus ojos se iluminarán. — T-tu.....—fue lo único que pudo decir la joven castaña. Los dos solo se miraron a los ojos tratando de entender aquella situación, pero aquel señor solo se aclaró la garganta para romper ese ambiente un poco tenso que habían creado los jóvenes. Amanda no estaba segura en lo de besarlo, mientras que el rubio solo se acercó a ella poco a poco. Al quedar algunos centímetros cerca de el rostro de la castaña, el contrario solo beso su mejilla y le dedico una sonrisa para después girarse y dirigir la mirada a los presentes. — Los nosotros nos encargaremos de su bienestar.— volvió su mirada hacia Amanda.— y de luchar contra quienes osen atacar a.— tomó la mano de la muchacha.- nuestra gente. Aquellas palabras provocaron una ligera sonrisa por parte de Amanda quien se sentía más segura al estar al lado de su querido amigo, así que sin dudar, decidió dedicarle unas palabras a los presentes para poder complementar lo antes dicho por el rubio. — Ethan y yo, haremos el cambio... y los territorios se unificarán como una sola nación desde ahora.— volvió su mirada hacia el joven.— después de años de conflicto.. volveremos para unir a nuestras gentes.— aún tomando la mano del chico miró a los espectadores para seguir con su pequeño discurso sin importarle que estuviese presente el chico que la lastimaba.— pronto Tierra y Agua vendrán y nosotros cuatro traeremos un mundo sin diferencias ni guerras, uno en el que la paz reine sin temor al mal. Los presentes se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir, entre gritos y aplausos los dos jóvenes comenzaron a caminar hacia los escalones que se encontraban frente al altar. Cada paso que daban era lleno de seguridad y determinación, del cual no temían dar por miedo a lo que pasara más delante, estaban decididos a hacer lo que fuese para derrocar a aquella oscuridad que inyectaba el corazón de las creaciones de su padre y no querían permitirlo por el simple hecho de que esos humanos eran como sus hermanos menores y debían protegerlos a como diese lugar. Al llegar a la cima, los dos guardianes de los jóvenes solo les entregaron unas copas de cristal llenas de vino, causándoles felicidad a los dos mayores, solo les sonrieron a sus protegidos y uno de ellos habló. — ¡Fuego y Aire, unidos nuevamente al fin!.— Sey gritó hacia la multitud, manteniendo su sonrisa. De nuevo se hicieron presentes los aplausos y los jóvenes bebieron el contenido de las copas, dando por terminada la ceremonia de unión. Una gran sonrisa se dibujó en ambos al ver sus copas vacías y sin dudar se tomaron de las manos para mirar a Marie quien iba a darles un anuncio a los presentes. — La celebración aún no termina, por que debemos festejar el tratado de paz entre los elementos.— habló esta vez Marie. Los presentes volvieron a saltar y gritar de alegría y por indicación de los guardianes solo siguieron un camino de antorchas que adornaban aquel lugar hasta llegar a un claro donde se encontraba un gran banquete, mesas y adornos. Mientras que los jóvenes se encontraban hablando sobre lo que estaba sucediendo y una que otra cosa trivial. Creían que la tranquilidad duraría en esos bellos momentos pero algo andaba mal ya que a lo lejos se comenzaron a escuchar gritos seguida de una pequeña explosión. Amanda y Ethan sin pensarlo dos veces, junto a sus guardianes bajaron del templo para dirigirse a donde se encontraban los invitados encontrándose algo que los dejó atónitos. Marie y Sey corrieron para detener a dos sujetos que se encontraban atormentando a los presentes, pero estos dos fueron atados con una especie de látigo n***o, que los dejó inmóviles. Los dos guardianes trataban de liberarse pero les fue imposible ya que cada que se movían aquel objeto los comprimía más, preocupando a los jóvenes quienes corrieron a ayudarlos. Entre gritos y llantos que reflejaban desesperación, una carcajada de una fémina se escuchó en los alrededores alertando a los elementos, después aquella risa se dejó de escuchar pero a los pocos minutos se escuchó una voz que hizo temblar a los mayores quienes reconocían ese maldito tono. — Tan pequeños e indefensos... me dan ganas de devorarlos a todos.... Los guardianes solo miraron a sus protegidos y con suma preocupación les pidieron que los dejaran a ellos y que ayudaran a los invitados. Los jóvenes un poco dudosos corrieron hacia la multitud para señalarles que regresaran por donde habían venido y se resguardaran de aquella mujer que aun no dejaba verse. Poco a poco comenzaron a irse pero de un salto salió de su escondite y obstruyó la salida, aquella mujer solo tomó de rehén a un señor. El pobre hombre comenzó a gritar de miedo pero la contraria lo tomó del cuello para tratar de hacerlo callar a la fuerza. Ethan y Amanda observaban la escena, no se podían quedar con los brazos cruzados, y menos el rubio ya que parecía preocupado por aquel hombre. — ¡¡Hey!!, ¡oye maldita bruja, libera a mi padre!.— gritó molesto. Aquella mujer solo sonrió para después lanzar al padre de Ethan al suelo, provocando que de la caída comenzara a gritar y retorcerse de dolor. Amanda se sentía muy frustrada y con miedo ante lo que la mujer fuese capaz de hacerles a los pobres e inocentes de los presentes, y aún más al ver al padre de su ahora "esposo" en el suelo mientras que el joven trataba de ayudarlo a levantarse. Estaba entre la espada y la pared, la duda de ir a atacarla la carcomía, pero al ver que los últimos que quedaban expuestos al peligro eran sus amigos y familiares, el sentimiento aumentó y aún más al ver que estaban a punto de atacar a sus amigas. Amanda sin vacilar corrió y empujó a la mujer, provocando una mirada de fastidio por parte de aquella. — Yo soy hambruna.— crispó sus puños.— espero que estés contenta de haber interrumpido mi cena. — Tu no vas a cenar a nadie, ¿me oíste?.— frunció el ceño. — Tan patética... sentir lástima por seres inferiores a ustedes.— sonrió con malicia.—ellos se aprovecharán de ustedes de ahora en adelante y los asesinarán. — No es cierto.— la castaña negó.— ellos son buenos pero la oscuridad es más fuerte que ellos. Ethan aprovechó que Amanda estaba distrayendo a aquella mujer para ayudar a salir a los seres queridos de ambos del lugar que ahora estaba casi cubierto en llamas. La castaña se encontraba muy molesta ya que Hambruna la estaba provocando, así que con la ira que se acumuló en ella, sacó una daga que había escondido bajo su ramo por órdenes de su guardián y con aquel objeto en mano, solo comenzó a caminar hacia su contrincante. — Está será tu última cena maldita. — ¿Eso crees?.—respondió con malicia.— mírate, tan estúpida, ingenua y débil. No deberías ser un elemento. Esas palabras le hicieron explotar en ira y corrió sin pensarlo hacia Hambruna quien solo comenzó a esquivar todo ataque, hasta que esta tropezó y Amamanda aprovechó para hacerle una pequeña cortada en el brazo. Aquella acción molesto a la mujer y solo de un golpe al estómago sofocó a la elemento, haciéndola caer. Con dificultad se levantó y corrió nuevamente hacia la mujer para herirla pero esta fue más rápido y de una patada la lanzó frente a los guardianes que aún se encontraban en el suelo atados, al ver a la elemento débil se llenaron de frustración y comenzaron a forcejear para liberarse para poder ayudarla. — ¡¡Muerte al elemental de Aire!!.— gritó hambruna. Sus acompañantes sólo rieron a carcajadas y tomaron a Amanda de los brazos para después llevarla frente a Hambruna quien le comenzó a proporcionar golpes. Los golpes eran fuertes así que rápidamente le hicieron escupir sangre, aquella escena le causaba felicidad a la jinete así que le pidió a sus guardias que la liberaran mientras que ella la tomó del cabello a la castaña y sonrió. — Nunca podrán acabar con nosotros los jinetes del Apocalipsis... que estúpidos son al creer que solo dos elementales pueden contra nosotros.— sonrió. Escupiendo sangre.— Todo se puede.. la esperanza es la última que se pierde...así que cállate antes de abrir esa maldita boca. No somos tan fuertes como ustedes pero nuestras familias y amigos nos motivarán a luchar. — Me importa un carajo lo que pienses maldita escoria de creación.— le dio una bofetada.— ustedes son un fallo, y deben morir para que nosotros le demos un balance a este mundo. Vamos niña, acepta que ustedes no pueden traer el balance, porqué tarde o temprano... los humanos los van a matar por que desearán el poder que aún no despierta en ustedes. La mujer solo se separó de la castaña para después pedirle a uno de sus guerreros una espada, quien rápidamente le entregó a la mujer el arma y con una gran sonrisa en su rostro habló. — Dile adiós a esta basura a la que llamas hogar... ya que será mejor cuando ustedes desaparezcan y nos dejen crear uno nuevo. Con la espada en mano sólo observó a Amanda, quien comenzó a temer por su vida, pero a la vez sentía alegre al saber que Ethan y los demás habían salido ilesos, bueno excepto sus guardianes que aún se encontraban observando la escena, pero dentro de ella tenía ese pensamiento positivo de que ellos serían liberados al acabar con su vida, así que solo cerró los ojos para esperar sentir el metal frío atravesar su pecho.
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