Capítulo 10: ~Nuevos problemas ~

1597 Words
Con la respiración agitada y lágrimas corriendo por sus mejillas se sentó en la cama en la cual dormía, tratando de recordar lo que había sucedido en aquel lugar ficticio. El sueño le era demasiado real de tan solo recordarlo, tanto así que al moverse un poco se quejó ya que le dolían ciertas partes del cuerpo que esa mujer llamada Hambruna le había golpeado junto a sus otros dos cómplices. ¿Acaso no era un simple sueño lo que había presenciado?. Era la incógnita que no podía resolver en esos momentos a causa de el enredo de sus pensamientos que no podían ser ordenados, era tan confuso que un simple y extraño sueño le hiciera tanto daño y le hiciera dudar sobre su existencia en el mundo. Con dificultad se levantó de la cama y con curiosidad subió un poco su blusa para percatarse de que tenía moretones en la parte de su torso y uno que otro en los brazos y piernas. Todo era confuso y eso le provocaba que su cabeza doliera de tanto pensar después de unos minutos haberse despertado, pero decidió ignorar aquello y solo siguió con su rutina del fin de semana. ~En algún otro lugar ~ Mientras tanto el chico de cabellos dorados solo se levantó un poco asustado por el sueño, y revisando la pantalla de su celular se percató que había dormido lo suficiente, así que solo se arregló para volver a sus actividades. Ya era casi de noche y le alegraba tener solo que arreglar su mochila y uniforme, bueno eso era lo que creía ya que al ver una nota de sus padres en la mesa sus planes se esfumaron haciendo que un sentimiento de tristeza lo inundará. Con ambas manos revolvió su propio cabello y lágrimas cayeron por sus mejillas, quería evitar que sucediera pero le fue imposible mantener esa sonrisa que lo caracterizaba demasiado, no podía sacarse de la cabeza lo que había escrito en aquel papel. — ¿Por qué tengo que ser hijo único?.— pensó.— siempre esperarán algo de mi, cuando en realidad.— con un poco de molestia solo le dio un leve golpe a la mesa y aún con el papel en manos solo lo volvió a observar.— ¡eh hecho muchas cosas por ustedes!, y lo único que hacen es hacerme daño con sus malditas y prejuiciosas bocas llenas de veneno. Ethan sin más sólo hizo bola la nota y la botó en el cesto de basura de la cocina, quería dormir pero el sabía que eso no solucionaba nada de lo que sucedía en su alrededor, siempre debía aguantar las palabras llenas de veneno por parte de sus padres e incluso su familia. ¡¿Qué esperan de mí?! ¿acaso solo buscan hundirme por ser diferente a mi familia? ¿Si fuese infeliz, estarían contentos por mi?, ¿me halagarían, sería su orgullo? "Que bajo eh caído de tan solo pensar en algo para hacerlos felices a todos, que patético soy" Sus pensamientos eran sus enemigos en esos momentos y aún más esa carta llena de amargas palabras escritas tal vez por su madre o por su padre, ya no sabia quien la había hecho ya que ambos tenían en similitud su forma de pensar, y aquella nota decía lo siguiente: ___________________________________________ Salimos a festejar la unión de tu primo, así que no nos esperes para cenar. Ojalá tu pudieras casarte y hacer una familia como el lo está haciendo, nunca creímos que el llegara a estar en esta posición ya que teníamos la esperanza de que tu fueses el primero en contraer matrimonio, pero lamentablemente tu eres una persona muy egoísta con tus deseos. P.D: Y recuerda que debes alistar tu traje por qué mañana iremos a una cena importante, no nos decepciones como siempre lo has hecho. ___________________________________________ Cada palabra escrita le dolía, y aún más él "no nos decepciones como siempre lo has hecho". Era la parte que resonaba en cada parte de su mente así que solo para distraerse comenzó sus deberes pendientes mientras elaboraba su cena. Cada bocado que tomaba de su comida le recordaba cada parte del sueño, no sabía por que y era ilógico ya que solo estaba comiendo, no tenía nada de sentido lo que le estaba sucediendo. Sus pensamientos rondaban en el recuerdo de aquella boda en la que él era el novio y no él invitado, se sentía feliz e infantil al emocionarse por algo que no era real. — Ojalá ustedes supieran que estoy casado en el mundo de los sueños.— pensó, dejando de lado aquel semblante lleno de amargura cambiándolo aquella bella sonrisa que lo caracterizaba. Las horas pasaron hasta que el reloj llegó a las 12 am, fue cuando se dirigió a la cama para tratar de olvidarse por unas horas de que tenía padres. Antes de caer ante el encanto de morfeo, lo único que pensó fue en las palabras que sus padres le decían cuando querían algo de él. "Ya viste el hijo del jefe de tú padre tiene muy buenas calificaciones" En pocas palabras, se mejor que el... "Tú primo ya tiene novia, y eso que son de la misma edad" En pocas palabras, busca a alguien y demuéstrale que tú también puedes tener una relación... "Ya viste, esa ropa es mejor que la que llevas puesta ahora " En pocas palabras, desecha tú ropa y busca algo mejor... "Oh, mi amiga ya es abuela, ¿qué se sentirá tener un nieto?" En pocas palabras, dame un nieto... "Ethan, ¡ya dejate de tonterías!, ya no eres un crío, si sigues así serás un bueno para nada... un maldito fracasado, que vergüenza sería ser padres de alguien asi" En pocas palabras: Cambia tu maldita forma de ser que nos avergüenzas.... Era evidente que le dolía cada indirecta y directa que le daban sus padres, pero ¿qué más daba?les tenía que complacer, en eso de los nietos y novia no podía ya que nadie de su institución le atraía, incluso las hijas de los amigos de su madre y padre no eran de su agrado. Era un gran fastidio para él, una carga más que ignorar y ocultar con una sonrisa. De tanto pensar no se percató de cuando había caído en los brazos de morfeo, así que solo le quedaba por disfrutar el único lugar donde podía ser él mismo sin tener a sus padres sobre su espalda diciéndole lo que hizo mal. ~En el sueño~ El joven se encontraba en una gran iglesia, a decir verdad era demasiado grande y hermosa por fuera, inspeccionó un poco sus alrededores hasta que una mujer se le acercó y lo interrumpió. — Disculpe joven.— dijo una joven sonriente. Ethan solo dirigió su mirada hacia aquella quien llevaba un vestido n***o largo de hombros descubiertos y de mangas largas, era hermosa debía admitirlo. La mujer de cabellos castaños solo le tocó el hombro al joven y aún manteniendo ese semblante alegre con el que le llamó, le preguntó: — ¿Usted es la llama de la vida?.— interrogó curiosa. — ¿Disculpe?.— contestó Ethan con otra pregunta sin entender a lo que se refería aquella mujer. — ¿Fuego?.— interrogó nuevamente. Aquello sorprendió al joven quien solo asintió, aquella respuesta silenciosa al parecer le había causado felicidad a la mujer ya que sin previo aviso lo tomó del brazo y lo llevó al interior de aquella iglesia. Todo lo que visualizaba dentro de aquel lugar eran los pilares blancos de mármol y hermosas pinturas de ángeles con túnicas de solo cuatro colores: rojo, azul, morado y café. En un mural estaban juntos pero había otros donde se encontraba con distintas personas en un ambiente diferente. La mujer lo llevaba casi a rastras pero eso no le importó ya que del otro lado se percató de que ahí estaba la castaña observando las pinturas de cerca junto a un grupo de chicas. — Emm, ¿puede soltarme?.— preguntó algo incómodo — Lo siento, es que me emocioné un poco.— respondió con una sonrisa. El de cabellos dorados solo corrió hacia donde se encontraba su amiga para saludarla, pero al llegar ahí las demás chicas que la acompañaban lo miraban con cierta curiosidad. Un poco incómodo se acercó a su objetivo y colocó su mano sobre el hombro de la castaña quien solo se giró para ver de quien se trataba para llevarse la sorpresa de que era nada más y nada menos que su querido amigo y esposo de ese mundo. — ¡Ethy!, ¿qué haces aquí?.— interrogó sonriente. — Amy, somos marido y mujer...— arqueo una ceja.—¿no te da gusto que esté aquí?.— bromeó el rubio. La castaña solo sonrió ampliamente y lo abrazó ante la mirada atenta de sus amigas quienes solo soltaron una risita logrando que rapidamente se separaran. — Jeje, lo siento.— se disculpó con un pequeño rubor en sus mejillas.— el es Ethan mi esposo... Ethan ellas son Daniela, Sofía, Wendy y Mariana. — Mucho gusto.— dijo para después hacer una reverencia.— yo soy emm... digamos que.... Sus palabras fueron interrumpidas por gritos de un hombre y una mujer que no eran desconocidos, sino que se trataban de sus propios guardianes quienes apenas los habían encontrado. — ¡Mi príncipe fuego...! uff... ahgg.— habló con dificultad Marie. — Mi princesa viento... me tenía preocupado... — ¡¿Príncipe y Princesa?!.— gritaron al unísono las 4 jóvenes.
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