Jordi me llevo por un camino algo complicado, lleno de obstáculo y por la montaña, no se porque hizo eso pero agarro mi mano, no la soltó en un solo minuto, agarro mi mano con fuerza guiándome por todo el camino.
—Creo que he elegido un muy mal guía—me queje.
Jordi río, no dijo nada, solo se quedo callado, para seguir caminando por el camino más maldito y endemoniado que jamás había conocido, en New York las calles son complicadas, son como una tortura con millones de personas, Los Ángeles si tiene muchas complicaciones y todo tipo de caminos pero los de este lugar, son cosa de otro mundo, demasiado complicadas.
Jordi tiro de mi sin mucha dificultad, hasta llegar a la cima de una montaña, un lugar en el que estaban llenos de arboles y plantas, cosas demasiado naturales que no eran demas
