CAPÍTULO TRECE Se quedaron allí sentados en silencio durante los siguientes minutos. La camarera les trajo su comida, pero ninguno de los dos la probó. Jessie le daba sorbitos a su café. Hernández miraba hacia el infinito, perdido en sus pensamientos. Finalmente, habló. “Crutchfield sabe cuál es tu nueva identidad”, dijo con urgencia. “¿Y si intenta contactar con tu padre para decírselo?”. “Gracias, Hernández”, respondió ella sarcásticamente, intentando inyectar algo de ligereza en el ambiente. “No había pensado en eso”. “Lo siento”, dijo él, escarmentado. “Por supuesto que has pensado en todo esto. Pero para mí es nuevo”. “Lo entiendo, es mucho que procesar. Lo cierto es que me hice amiga de la jefa de seguridad en el hospital donde le tienen retenido. ¿Conoces a Katherine Gentry?”.