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Blurb

Roxana es una chica que le cuesta socializar, siempre esta metida en problemas, sus padre nunca esta y ella vive la vida de malhumorada.

Alexander es el chico nuevo del instituto. Es silencioso, tranquilo y arrogaste cuando quiere. Le gusta seducir y nunca falla.

Este par choca desde el primer día, ella se siente atraída por el, pero su carácter y malhumor la llevan a tratarlo mal, como lo hace con todos.

Extracto del primer capitulo:

Me ubico en mi lugar que como todos saben es solo mío, pero cuando llego hay un idiota muy desparramado en mi lugar. Enseguida me cruzo de brazos y lo miro.

—¡Estas en mi lugar!

—El lugar es doble, por si no te diste cuenta.

Me responde, pero el muy idiota esta con los pies en la silla vacía, con sus brazos cruzados y los ojos cerrados como durmiendo una siesta.

—Pues quita tus pues si no quieres que te los quite yo.

—Mmm.. quisiera saber cómo lo harías —este no sabe con quién se mete.

Sonrió, tomo mi libro y con toda la fuerza de la que soy capaz se lo estrello en su cara. Pega un salto.

—¡MALDICIÓN!, ¡Está loca! —me grita.

Mientras frota su cara siento su mirada en mi nuca. yo termino de acomodarme en mi lugar y saco mi cuaderno de dibujos.

—Te dije que yo te quitaría, pero me parece que mi tono nunca fue dulce —enfoco mis ojos en el levantando mi cara ya que seguía parado.

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1- volviendo a clases.
NARRA ROXANA: Suena la alarma de mi despertador y la arrojo contra la pared haciendo que estalle en miles de pedazos. Odio tener que levantarme temprano, no me gusta ir a mis clases. Estoy en mi último año del instituto y espero que se termine pronto. Pero para mí mala suerte hoy comienza las clases asique no me queda otra que aguantar.  Me levanto maldiciendo, me meto al baño hago mis necesidades y como me gusta dar la contra a la gente normal siempre me baño de noche, asique mi pelo es un desastre total, trato de acomodarle, pero como sé que es una batalla perdida lo dejo como esta.  Tomo mis sombras y coloco un poco en mis ojos, oscureciendo mi mirada, me delineo y caen algunas lágrimas al pasar el lápiz por mis ojos sensibles. Coloco rimen y busco mi labial, violeta como mis ojos.  Si mis ojos son violetas, los herede de mi mama, pero los míos son más oscuros en ves los de ellas eran como un lila claro, los míos son bien violetas, amo el color de mis ojos.   Me coloco una remera negra estampada mis medias de red que están algo rotas, y una falda gris humo algo corta con tablas, me calzo mis botines que tanto amo color n***o y bajo a desayunar.  ¡Apenas entro al comedor mi padre me inspecciona con la mirada y niega desaprobando mi vestimenta, que se valla a la mierda!  —Ese es el atuendo que usaras hoy Roxy? porque mejor no te colocas algo más decente y por un día no recibo quejas de tus profesoras.  Lo miro con mi cara de vete a la mierda y sonriendo maliciosamente me acomodo en mi lugar para tomar mi desayuno. Unas de las sirvientas me acercan una taza de café temblando y me la deja enfrente.  —Guau —le ladro a la chica haciendo que salte.  —Roxana! ¡compórtate!  —¿Qué? Si no hice nada, solo estornudé.  —Si claro.   Se levanta toma su saco del respaldo de la silla y sale, sin despedirse porque sabe que me importa muy poco lo que haga. Cuando escucho el golpe de la puerta al cerrarse, suspiro y tomo mi café de un golpe, este pasa por mi garganta haciéndola arder, pero así me gusta que me queme. Me hace sentir viva. Termino y me levanto tan brusca que la silla cae, me encojo de hombros y salgo disparada a buscar mi mochila.  Salgo afuera mirando en mi celular las r************* y riéndome de las idioteces que publican la gente de mi edad, todos unos predecibles incompetentes.  Saludo a Daniel, mi chofer que me abre la puerta del auto, es a la única persona que trato medianamente bien. Y se lo gano porque a pesar de que al principio lo trate como una escoria el me defendió cuando me quisieron robar una noche que salía del cine. Desde entonces lo trato mejor.  Salimos para el instituto "El Nexo", nombre de mierda. Ese lugar está lleno de arrogantes, incompetentes y malcriados niños de papis. Si como yo, pero mi nivel es el odioso. Las puertas ya se encuentran abiertas y la gente pulula por el lugar, dirijo mi culo hasta mi casillero mientras soy objetivo de varias miradas fulminantes. Saco la lengua a algunos y les muestro mi dedo medio a otros hasta que llego a mi casillero.  Estoy mirando la mierda que tengo que dejar y reviso el horario para ver donde tengo que ir cuando aparece mi amiga, si, aunque no lo crean tengo una amiga que soporta mi carácter de mierda.  —¡Hola perra odiosa! —me saluda.  —¡Tu madre! —le respondo a su saludo.  —Tengo clases de historia ahora, ¿Coincidimos?  —Sí, yo también. Pero me gustaría perderme y saltarme todas las clases.   —Es el primer día si haces eso llamaran a tu padre.  —¡Que se joda!  Toma mi brazo y tirando de él me lleva arrastrándome por los pasillos hasta la clase de historia. Entramos y nos ubicamos en los últimos lugares como hacemos siempre. No sé qué paso en toda la clase me la pase dibujando en mi cuaderno de bocetos. Cuando la clase está por terminar el profesor llama mi atención.  —Señorita Miller, quiere compartir con la clase eso que la tiene tan entretenida.  Lo miro y sonrió maliciosamente, haciendo que se incomode mi profesor. todos me están mirando me cruzo de brazos antes de responder.  —No creo que le guste lo que estaba haciendo —le respondo con mi tono super malicioso.  —Eso lo decidiré yo.   Toma camino hasta mi ubicación y tomando mi cuaderno en su mano puedo apreciar el cambio que se produce en su cara, primero es de miedo, luego lo veo palidecer y por último se pone rojo de la ira.  —Debería tomar clases de arte si tanto odia la mí —deja mi cuaderno y vuelve a su lugar.  —Y usted debería dedicarse a otra cosa, sus clases son aburridas —eso lo enfureció y mi sonrisa creció, al fin me mandarían a dirección.  —A dirección señorita Miller! —me grito mi profesor.  —Que predecible —le respondí mientras tomaba mis cosas y salía para la dirección.  Paso casi media mañana en dirección, adoro hacerle una visita diaria a la directora. las horas pasan más rápido mientras ella me dice no sé qué cosa y yo asiento como estúpida. Cuando salgo entro a mi última clase antes del almuerzo. Mi humor no era el mejor en este momento ya que tenía hambre.   —Señorita Miller, nos honra con su presencia al fin.  —Estaba en dirección —le entrego la nota de la directora.   —Desde el primer día con problemas, que raro usted.  —Que carajo le importa a usted —le dije en un murmullo.  Me ubico en mi lugar que como todos saben es solo mío, pero cuando llego hay un idiota muy desparramado en mi lugar. Enseguida me cruzo de brazos y lo miro.  —¡Estas en mi lugar!  —El lugar es doble, por si no te diste cuenta.   Me responde, pero el muy idiota esta con los pies en la silla vacía, con sus brazos cruzados y los ojos cerrados como durmiendo una siesta.  —Pues quita tus pues si no quieres que te los quite yo.  —Mmm.. quisiera saber cómo lo harías —este no sabe con quién se mete.   Sonrió, tomo mi libro y con toda la fuerza de la que soy capaz se lo estrello en su cara. Pega un salto.  —¡MALDICIÓN!, ¡Está loca! —me grita.  Mientras frota su cara siento su mirada en mi nuca. yo termino de acomodarme en mi lugar y saco mi cuaderno de dibujos.  —Te dije que yo te quitaría, pero me parece que mi tono nunca fue dulce —enfoco mis ojos en el levantando mi cara ya que seguía parado.   ¿Mierda de donde salió semejante bombón? por suerte la profesora no se percató del intercambio de amor entre los dos sino ya estaría de nuevo en dirección, pero como mis compañeros se reían como tarados, llamo la atención de la profe.  —Silencios chicos, que pasa?  —Roxana le acomodo las ideas a Alexander profe —le responde la gata engreída del colegio, la fulmino con la mirada, ella se encoge.  —¿Cómo es eso señorita Miller?  —Nada, solo le decía acá a este individuo que no se puede dormir en clases. —lo señalo y sonrió maliciosa.   —¿Individuo? —pregunta él.  —Señor Del Re, por ser el primer día lo perdono, pero sepa que la próxima se va derecho a dirección.  —Solo cerré los ojos un momento ya que mi cabeza se estaba partiendo, lo siento profesora no pasara de nuevo —le dijo en un tono tan sexy que hasta yo me lo creí.    Pero cuando termino y se sentó, se acomodó de tal forma que me miraba odiosamente sexy. No quería sentirme intimidada, asique hice lo de siempre.  —¿Eres un pervertido o qué? —su cara cambio.   —No, ¿Por qué me llamaste individuo?  —Eso es lo que eres. —le respondí sin mirar.   Cuando la clase termino, yo me quede un momento terminando mi dibujo. Siempre que me concentro en eso pierdo la noción de tiempo como también del espacio. Al terminar voy a guardar todas mis cosas para ir a la cafetería estaba famélica. Levanto la mirada y casi me caigo del susto, el muy idiota de mi vecino de banco estaba mirándome.  —¿Qué haces pervertido?  —Nada, te miro.   Lo miro con mi cara de vete al carajo y me levante para ir a buscar algo que comer. Pero hoy el cosmos estaba en mi contra, Alexander me toma de mi brazo me gira brusco, toma mi cara y estampa un beso en mi boca. Me deja helada, sin reacción, hasta que lo siento soltarme y salir huyendo del salón, mientras escucho su risa odiosa por el pasillo.   Salgo hecha una furia, pero para cuando lo alcanzo ya está en la cafetería, me mira de reojo con una sonrisa socarrona, yo le muestro mi dedo medio mientras frunzo mi boca enojada. Me acerco donde está la comida y tomo un poco de todo, tengo hambre.  Con la bandeja en mano busco a mi amiga, al ubicarla me dirijo hasta ella. Me acomodo y comienzo a comer.  —Comes como cerda, lo sabias —asiento restándole importancia—. Tienes suerte que nunca engordas un gramo.  —Son los genes —le respondo con la boca llena y se resbala un pedazo de comida por mi cara.   —Hay que asquerosa, traga antes de hablar!  —¡Si no te gusta no me mires! —la mando al carajo.  —Bueno no te enojes, cambiando de tema ya conociste el chico nuevo. Esta para darle sin parar —inconscientemente lo miro y lo encuentro mirándome.  —Si es el que estaba en mi clase de literatura te puedo decir que es un idiota.  —Un idiota sexy. —me dice toda pestañas.  —Si —digo sin pensar.   —¿Qué? o esto es para un récord Giner —me dice toda exagerada, yo levanto mis hombros y sigo comiendo—. ¿Enserio te parece sexy?  —Le di fuerte en la cara con mi libro —le suelto para cambiarle de tema.  —¡¿Que?! ¡¡Por qué!! —bingo.  Le cuento toda la historia con lujo de detalle para que no me joda después evitando los últimos minutos, claro. Ella no sale del asombro. Termino de comer y salimos para nuestra próxima clase, Educación física. No debería haber comido tanto.  La maldita profesora nos hace correr dos vueltas alrededor de la pista y luego de elongar nos separa en equipos para jugar una partida de vóley. Es acá donde aprovecho para tirar accidentalmente la pelota sobre la cabeza de la estúpida de Ariana Murcia.   —¡Lo hiciste a propósito! —me grita la muy zorra.   —Hay no, como crees —me hago la tonta, pero sonrió al final.  —Vamos chicas no se distraigan! —nos remarca la profe, pero me hubiera gustado sacarle un par de cabellos a su melena de mierda.  Terminada la clase nos duchamos y llamo a Daniel para que pase a recogerme, llevamos a mi amiga hasta su casa y luego tomamos camino al centro, antes de volver pasare a comprar unos lápices en la librería. Para mi mala suerte me encuentro con el pervertido.  —Me estas acosando? —me pregunta con su tono sexy.  —Ya quisieras pervertido.  —Bueno en ese caso que necesitas? —lo miro y arqueo una ceja.  —La tienda es de mi tía, la ayudo cuando me necesita —aclara.  Le pido todo lo que necesito, desde lápices, hojas y algunos acrílicos. Pago y me voy, ya comenzaba a inquietarme la manera en la que observaba. Subo nuevamente al auto y le informo a mi chofer que me lleve a casa.   Cuando llego busco a mi padre en su escritorio, pero ni rastro de él, me dirijo a su habitación y nada. Seguro todavía está en su despacho. Él es un abogado muy importante, por eso paso mucho tiempo sola, o con la compañía de los empleados, pero como soy tan irritante algunos me tienen miedo y otros directamente me ignoran. Voy a la cocina y busco un yogurt y subo a mi habitación. Entro me a mi cuarto y prendo mi pc y mientras espero voy dándole algunas cucharadas a mi yogurt. Cuando termino entro a la página donde vendo mis dibujos, la reviso y encuentro varios pedidos, otros pagos de los que tengo que entregar. Una hora después de ocuparme de mi trabajo, apago la maquina me doy un baño y me tiro en mi cama a descansar. 

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