“Profundamente enamorado de ti, empiezo a saber quien soy yo. Aunque en realidad sólo me importas tú.” Anónimo Chtista entra al baño, se arregla el vestido, seca su rostro y retoca el maquillaje. —¡Qué pesado, este Ricardo! ¿Qué se habrá creido? —habla consigo misma, mientras se mira en el espejo. Tocan a la puerta, ella contesta: —¡Ocupado! La puerta se abre, sobresaltada voltea pensando que puede ser Ricardo, quien la siguió hasta allí. Pero al ver la sonrisa única de su amado Rodrigo, deja escapar um suspiro. —Ah, me asustaste mi amor —se cuelga de su cuello. Él, pasa el seguro de la puerta. Y la rodea por la cintura. —Qué hermosa y divina estás. —¡Gracias! —responde ella sensualmente. —No aguantaba las ganas de tenerte entre mis brazos y sentir tu cuerpo junto al mío. —
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