Kateryn. —Mami voy a estar en el lavadero por si necesitas algo. —Esta bien. —pongo música con mi celular bien bajo así escucho si necesita alguna cosa, mientras canto voy cepillando. —Buenas preciosa. —AAAAGGGGG. —miro a Nachito parado en la puerta de la lavandería riendo—. ¡Oh por Dios Santo Ignacio!, —Me dices Ignacio cuando estas enojada, y no sé porque lo estas. —Porque me asustaste tonto, ¿Por qué otra cosa me enojaría?. —viene abrazándome y riendo—. Que tonto casi me muero. —Perdon hermosa, creí que me oíste. —se aleja sonriendo—. Justo te agarro lavando. —¿Qué trajiste? Espero que no tus calzones, ya te dije que esos te los lavas tu. —Ya ya, por Dios mujer, cálmate, traje mi ropa normal. —agarro el bolso poniéndolo en la mesada así veo que va al lavarropas y que a mano—. E