Soeh y sus 7 caballeros

Capitulo 2: Una adopción doble.

Al transcurrir el tiempo y ver como todos crecíamos, mas solos quedábamos los menores por que Isaac ya cumplió la mayoría de edad; el podría visitarnos en ocasiones cuando no trabajara.

La madre superiora le ayudo a encontrar un trabajo acorde a lo estudiado, porque a pesar de no ser adoptados todos estudiamos dentro del orfanato nos han dado muchas oportunidades por ejemplo esa que fue la ms importante.

Nos dimos cuenta que alguien con mucho dinero patrocinaba el orfanato, pero ni siquiera sabemos el nombre nos gustaría mucho agradecerle por darnos tan bonito regalo.

Cada que Isaac viene una a visitarnos dice que cuando reúna un buen dinero nos llevara con el. A una casa que esta pagando en cuotas aunque soy la única niña no lo veo bien.

— Soeh, pequeña ven a la oficina de la rectora que necesita hablar contigo de algunas cosas.

Dice Aramis una de las monjas que nos da «Artes y Humanidades».

— Voy a llevar los útiles escolares a mi casillero y en seguida regreso, para ver que desea la madre superiora.

Contesta Soeh y se retira a la zona de los casilleros.

> No tardo ni cinco minutos, cuando ya tocaba la puerta de la rectora y espero la respuesta para continuar.

— Adelante Soeh no tardaste mucho, mi niña.

Dice ella y yo observo con curiosidad a las personas que están sentadas, pero ellos me devuelven una sonrisa amistosa y yo me quedo seria.

— Madre superiora me dijo la hermana Aramis me dijo que usted me necesita, puede decirme que se le ofrece.

Pregunto y miro a la señora en unos de los asientos, se ve muy arreglada creo que tiene mucho dinero,

— Si yo mande a llamarte por que los señores quieren conocerte, como sabes llevas muchos años aquí y nunca se había presentado la oportunidad de que alguien se interesara en ti, también mande por Lucca y no ha llegado.

Doce la madre superiora y yo me quedo boca abierta, no esperaba que alguien nos quisiera a los dos juntos.

> Segundos después entra Lucca con el cabello desordenado.

— Bon après-midi ... Mère Supérieure a besoin de quelque chose de moi, Mademoiselle Aramis m'a dit que vous me cherchiez. - Buenas tardes... madre superiora necesita algo de mi, la señorita Aramis me dijo que usted me busca.

Pregunta Lucca con curiosidad, pero esas caras ya las había visto muy seguido en el orfanato.

— Exactamente Lucca yo envié por ti, ellos quieren conocerte.

Dice la rectora y me quedo pensando, pero mirando alrededor me encuentro con Soeh quien me sonríe nerviosa.

— !Entonces… tú también estás aquí¡.

Exclama Lucca y vuelve su mirada a la madre superiora.

— He… bueno creo que estamos en el mismo barco.

Dice apenada Soeh.

— Bueno los voy a presentar, ellos son Aithana Quintana y Robert Grant… ellos están interesados en adoptarlos juntos, se preguntarán ¿por qué?... Pero hay un solo motivo; la señora no puede tener hijos y ustedes son los más pequeños en el orfanato.

Dice la madre superiora y quedan sin habla, aunque antes querían salir de ahí, pero ahora no estaban dispuestos a irse.

— Está bien que nos quieran adoptar… pero y si no queremos.

Pregunta Soeh quién es la más extrovertida de los chicos.

— Si no quieren podemos esperarlos un tiempo hasta que se adapten, la verdad es que fueron ustedes los únicos que llamaron mi atención… ya que no puedo ser madre por lo menos tienen nuestras facciones y cierto parecido con nosotros.

Dice dulcemente Aithana, mientras observa los ojos de Lucca con una expresión cariñosa.

— Madre superiora, quiero hablar con Soeh a solas… ¿será que puedo?.

Pregunta Lucca.

— Les doy media hora jovencitos… no podemos mantener a los señores esperando aquí.

Contesta con carácter, pero sin enojo.

— Déjalos que hablen madre, se ve que llevan buena comunicación… pero tengo una pregunta, los otros niños que están con ellos todo el tiempo son tan unidos así.

Dice Aithana y la madre asiente.

— Bueno… cuando Soeh llegó al orfanato era solo una niña pequeña y luego de unos años, ella estaba en el comedor como todos a la hora de la comida en el orfanato habían unas chicas que la acosaban en muchas ocasiones y ellos se convirtieron en sus guardianes, desde ese día esos ocho niños la pasan juntos.