Capítulo 6

1539 Words
Desde que me desperté esta mañana pienso en todo lo que ocurrió ayer. Al volver al lugar de donde saque el vestido ridículo, mi tía empezó a gritar como loca y casi me castiga. Me compre mil cosas. Llene absolutamente todo mi armario y la sonrisa de mi tía por ello fue muy gratificante. También pienso en lo que vi. Pienso en lo que sé. Pienso en Donovan. El miedo que me causo por unos segundos basto para abrumarme todo el día. Es la explicación más lógica que le puedo encontrar al maldito aire atascado que deja en mi interior el pensamiento de él. —Te estoy hablando, ¿estás sorda? —Empezó a gritar Jessi en mi oído. El coche ya había parado y estábamos en frente del instituto. Me habría gustado tener reflejos para pegarle una cachetada "accidentalmente". — ¿Qué? —Dije en un suspiro cansado. Un día de estos le voy a gritar cada cosa que inunda mi mente sobre ella y no son muy bonitas. —No quiero que hables más con Travis —Soltó de la nada con una sonrisa forzada y un seguido guiño de ojo. ¿Le gusta? ¿O no le gusta que él no se sienta atraído hacia ella? Me tiro más a la segunda opción. —Yo no quiero hablar con él, es al revés —respondí tratando de no darle la más mínima importancia. Abrí la puerta del coche para salir, pero ella me tomo la muñeca y clavo sus uñas en la parte inferior de esta. Casi puedo verme sangrar. —Te haces la difícil para tenerlo, Celina. ¿Piensas que no me doy cuenta? —Dice soltando un bufido como si de verdad lo creyera. El bufido me hizo recordar a los perros. Casi le digo que se siente, me dé la patita o que se haga la muertita. Quién sabe, probablemente me hiciera caso. — ¿Cómo me descubriste? —Mi cara de sorpresa fingida hizo que se pusiera roja de ira. Qué bonito todo, con su vestido verde parece un duende de santa Claus—. Travis no me interesa en lo más mínimo. No me interesa nadie. Soy un ser asexual. Créeme. Me solté de su agarre y caminé hasta la entrada del instituto. Apenas cruce las puertas un chico morocho y muy alto se puso frente a mí. Me sonrió y movió su mano en señal de saludo. — ¿Celina, verdad? —Pregunto con una sonrisa muy agradable. Yo asentí buscando una excusa para correr lejos. Es gracioso como digo que no me interesa ningún chico y ¡PUM! Aparecen chicos por todas partes. Parecen cucarachas que van multiplicándose en masa. — ¿Te conozco? —No, no. Pero yo a ti sí. Eres prima de Jessi, soy Bruno —Empieza a reír y yo estoy en la situación más morbosa de mi vida. ¿Esa es la forma de conquistar chicas ahora? Es nueva y bastante estúpida. —Escucha, la próxima semana hay una fiesta, ¿quieres venir? — ¿La próxima semana? ¿No había una fiesta el sábado? —Sí, pero casi nadie ira y en el lugar que lo hacen es un fiasco, ¿y? ¿Te apuntas? —No lo sé... Veremos —«No» —Travis dijo que eres chica difícil, sabes, yo... Podía sentir la mirada de alguien posada en mí, lo que provocó que dejara de mirar al chico frente a mí y mirara a su lado. Era Donovan apoyado sobre un casillero y su mochila a su lado. Sus brazos cruzados sobre su pecho y una de sus cejas levantada hacia arriba. Movió sus labios y pude deducir lo que decía. «¿Interesante?» Dice refiriéndose al chico «Vete a la mierda» Digo refiriéndome a su persona. Pone los ojos en blanco y toma su mochila para irse a su clase, la cual, es la misma que la mía. — ¿Piensas lo mismo? —Termino de decir Bruno mientras yo no sabía a qué se refería. —Si... Mira, tengo clase. Nos vemos —Salí prácticamente corriendo lejos de él y al cruzar el umbral, noté que había pocas personas en salón. Pero lo más importante, era que Donovan estaba entre ellas y que hoy, no estaba sentado donde estuvo la clase pasada. Hoy está sentado detrás de mí asiento — ¿Jugando al juego de las sillas? —Le pregunté poniéndome cómoda en mi lugar. —Es divertido, Alicia, pero por un tiempo me sentare aquí. Solo hasta que este seguro de que nadie hablara de más Creí que ya habría superado lo de Alicia. —Deja de llamarme así — ¿Cómo? —Ya sabes cómo. —No, Alicia. La verdad que no lo sé. Todavía no soy adivino. —Muérdeme. —No creo que te guste Con ese comentario, entro el profesor en el salón y todos los alumnos detrás de él. Toda la clase intente prestar atención a lo que el hombre en cuestión decía, pero Donovan detrás de mí producía una cantidad bastante elevada de nervios en mi sistema. Podía sentir su mirada en mi nuca en algunos momentos y otras veces como rayaba su pupitre. No sé qué decirle para que crea que no diré ni una puta palabra de lo que vi. Nada. No me interesa. Sus motivos y sus acciones no me afectan. Él puede hacer lo que quiera y yo no soy mi prima la cual gritaría esto a los cuatro vientos. Sonó el timbre para salir de la clase y la primera en moverse fui yo. Camine rápido para el patio de comida e ir al campo de deportes. Necesito un tiempo sola, porque últimamente creo que me estoy volviendo loca. Entre mis tíos, mi prima, la casa y ahora Donovan, no hay lugar donde ocultarse. Cuando llego a la parte de atrás del campo de deportes, pasando el baño de los hombres, me siento atrás del muro donde sé que nadie puede verme. Este lugar creo que no es muy conocido y por eso le eché el ojo apenas lo vi. — No le dijiste a nadie, ¿no? ¿Ni siquiera a tu prima? —Salió de la nada y me sobresalte. El único lugar donde podía huir y ahora él lo sabe. —No —Le dije y lo miré estrechando mis ojos a su dirección—. ¿Ahora puedes irte? —Voy a estar cerca de ti hasta que este seguro de que puedo confiar que mantendrás tu boquita cerrada, Alicia. — ¡Que no me llamo Alicia, cabrón! —Le grite ya irritada. Él es exasperante, y la estúpida sonrisa de superioridad por hacerme enojar que en este momento está en su rostro es todavía más exasperante. — ¿Segura? Podría jurar que te llamas así Alicia. — ¿Cuál es tu problema? Nadie se debe meter contigo y te haces ver como el chico malo para que eso suceda, pero en este momento estas quedando como un completo imbécil intentando molestarme. Se quedo un par de segundos sin contestar y por un momento, un maldito momento, creí que había ganado. —Wow, ¿un imbécil? —dice negando con la cabeza y se agacha para estar a mi altura. Creí que se iba a sentar a mi lado, pero gracias a Dios no lo hizo, solo se acercó lo suficiente como para incomodarme y soplar mi cara. Que gracioso. — ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no vas con tu primita y sus seguidoras? —preguntó levantándose y acomodando su mochila en su hombro. —No es tu problema —respondí seca y llanamente. Él se apoya en el muro, avisándome que, si no se lo digo, no se irá. Pase mis manos por mi cara bastante desesperada y lo mire de vuelta—. No soporto a Jessi y este es el único lugar del que puedo esconderme de ella y de varias personas más, tú estabas incluido entre esa gente que quiero evitar. Me miró fijamente, como si intentara deducir si era así de antisocial de verdad o estaba bromeando. Si, no soy muy amable con nadie, a veces, ni siquiera con mi tía. —No traes la ropa de siempre —Suelta de repente y señala mi camiseta negra — ¿Cómo sabes la ropa que tengo siempre? ¿Me observas? —Le di una media sonrisa y él se mordió el labio inferior para ocultar un poco de su risa. —Graciosa. Nos vemos, Alicia —Se giro y camino lejos de mí. Tiene que dejar de llamarme Alicia o acepto incluso que no me llame, ni me nombre, ni me mire. Apenas lo conocí creí que era del tipo silencioso con mirada asesina, pero me lleve una sorpresa al saber que se dedica a molestar a la gente nueva supongo. No lo veo hostigando a nadie más, sólo a mí, debería buscarse otro pasa tiempo, seguro que vender drogas no ocupa mucho de su día. Si les gusta la historia, agreguenla a su biblioteca, voten, comenten y síganme a mi i********: @johannaponce.writer para poder saber cuando subo una nueva novela. Muchas Gracias por leerme y el apoyo <3
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