—No soporto a la maldita profesora literatura, es decir, ¡Dios! Esa mujer no puede evitar escupir cuando habla, además, partamos del hecho de que apenas se entienden dos miserables palabras en toda su clase. —Te entiendo en el sentimiento amigo —agregué esperando que continuara. Mire la botella de vodka con deseo en su mano. Ambos ya estamos ebrios y son alrededor de las tres de la mañana. Donovan tenía la botella de vodka en su mano izquierda, mientras que, con la derecha, se la pasaba tocándose el cabello o, a veces, moviéndola demasiado para explicar acerca de un tema que le interesa o le apasionaba, es muy expresivo con las manos, o al menos, lo es cuando esta borracho. Me hablo sobre sus canciones favoritas, se quejó del sistema, la corrupción de los políticos y llevo tan elocuente