(Mili) La vida para Dante se tornó feliz y placentera desde esa noche que pudo tener a Bea en sus sueños. Ahora comparto algo más con mi cuñado: una doble vida. Y sí, podemos decir que tenemos dos vidas: una que se desarrolla cuando el sol sale por el horizonte y otra que empieza al tener a las estrellas brillando en lo más alto del firmamento. En la vida diurna, tenemos una rutina marcada por las responsabilidades en el trabajo, con la familia, con los amigos y con nuestra comunidad, pero en la nocturna, una que llega cuando nuestros ojos se cierran para permitirnos soñar, a lo único que debemos dedicarnos es a amar a aquella persona especial que tuvo que irse antes de lo que esperábamos. Todos aquellos que nos conocen a Dante y a mí saben de nuestra fraternal relación, porque el amor q