Esta frase pareció conmover a Eason Lu, y se quedó sin palabras. La miró, y de repente sintió que tenía que cuidar muy bien de esta pequeña. —Oye, ¿por qué no me hablas? Eason Lu sonrió rápidamente y le dijo: —Envidio mucho a tu madre. Es una felicidad tener una hija tan cariñosa y sensata como tú. ¿Cuándo os vais? —Ni idea, cuando mi madre esté lista. —¿Y a dónde? La pequeña Rainy volvió a negar con la cabeza y dijo: —No lo sé, yo voy adónde vaya mamá. Iré a cualquier sitio con ella. Cuando Eason Lu escuchó esto, no pudo evitar besar su carita. Luego dijo: —Pequeña, como te vas pronto, te invitaré a cenar, de lo mejor que haya. Al principio, Eason Lu no estaba de buen humor, pero cuando vio a la niña, se le derritió el corazón. —Qué bien, gracias, eres e