Capítulo 1

1221 Words
Verónica El mundo de la moda era un gran desafío para cualquier persona, ya fuera un estudiante, o un recién graduado de alguna academia, lo cierto es que para cualquier persona que quisiera causar impacto en este mundo, era casi imposible, porque estaba lleno de obstáculos, personas con mucha más experiencia, famosos, entre otras variantes que podían dificultar tu tarea de llegar a todo el mundo con tus diseños, pero para la familia Willians todo era posible. La fama es un arma poderosa, que sin duda se nos daba muy bien, la belleza era un dote que nuestra familia tenía por lo cual, junto con nuestro coeficiente intelectual súper alto, todo era pan comido, la mayoría podría decir que todo lo tuvimos en bandeja de plata, aunque en parte es cierto, el legado de mi familia nos dio todo. Miro a mi alrededor cautelosamente cuidando de cada detalle del desfile de hoy, donde mostraría otra de mis tantas secciones de ropa, pero claro, a pesar de ser una persona súper exitosa a mis veintidós años, tenía que trabajar mucho, porque como mi abuela decía: Si quieres que algo se haga bien, debes hacerlo tu misma. Por lo que siguiendo su consejo, me muevo por el mejor salón de Italia. El "Roma Galangie" reservado específicamente para los eventos de la familia Willians, la mayoría de veces lo usaba sólo yo, pero eso no era del interés de nadie. —Alto ahí—digo bajando mis lentes oscuros mientras la chica que pasaba con uno de los vestidos se detiene de golpe—Tiene un hilo suelto, arregla eso de inmediato. Espeto con frialdad, la pobre chica sale corriendo a arreglarlo y yo ruedo los ojos caminando hacia el camerino para cambiarme. Si Alexandra me viera... Seguro diría que parecía la reina del hielo. Pff, sólo era profesional, quería que mi marca llegara al mundo entero, y debía mostrar profesionalismo a los importantes críticos que estarían aquí hoy. Luego de cambiar mi ropa casual por un vestido n***o corto y sexy, salgo en dirección a la pasarela, el lugar estaba repleto, y los guardias hacían bien su trabajo. Siento un impacto contra mi y mi cuerpo se tambalea hacia atrás, me sujeto de una puerta para no caerme y miro con frialdad hacia el frente donde una pareja joven se pose frente a mi, la chica castaña me mira apenada y yo alzo una ceja. —Lo siento señorita.... —Willians, Verónica Willians, fíjate por donde caminas niña. Mi frialdad espanta a la niña frente a mi que no debe tener más 17 años. —Dijo que lo siente, tampoco debe ser tan grosera—espeta enojado el chico. Alzo una ceja altanera y miro en dirección a el, lo escaneo sin disimulo notando lo guapo que es y sus ojos negros me miran fijamente, su semblante enojado lo hace ver aun más atractivo, sin embargo me quito los lentes y me cruzo de brazos enfadada. —Este lugar, es mío, y si quiero ser grosera, puedo serlo, no se metan en mi camino—el chico me mira mal mostrando su molestia y yo lo ignoro. —Vamonos, no tiene caso—le dice a la chica quien sonríe en su dirección y se dan la vuelta, continuo caminando y mientras paso por su lado me inclino a su oreja, dado que es de mi altura. —Tu tampoco tienes remedio guapo. Suelto en un susurro seductor antes de seguir adelante contorneando mis caderas sutilmente. Al llegar a la tarima río levemente al ver la mirada del chico sobre mi pero vuelvo a ponerme mis lentes, observo cada movimiento de las modelos que pasan por la tarima y los miles de reporteros se mantienen al margen tomando fotos en dirección a ellas y a mi. Luego de una extensa hora, sonrío satisfecha sabiendo que todo quedo perfecto, las personas empiezan a irse y sólo quedan los patrocinadores, diseñadores, y reporteros, observo como un hombre de unos veinticuatro años, trajeado y con unos lentes de sol oscuros como los míos, se acerca a mi. —Señorita Willians—saluda llamando mi atención. Me giro en su dirección y alzo una ceja. —¿Lo conozco? —No, pero yo si a usted—responde enseñando sus dientes perfectos—Soy Leonard Blackburd, diseñador. —Un placer Señor Blackburd, en que puedo ayudarle—contesto extendiendo mi mano. El la toma con delicadeza para luego besarla, haciéndome retirarla con desdén. —Primeramente, permitame alagar su belleza, que es incluso mayor que en las fotografías—dice seductor, quitando sus lentes y dejándome ver unos ojos color verde muy hermosos y llameantes—Lo segundo que me gustaría pedirle, es su compañía en una cena, quiero que hagamos negocios. —Lo siento, estoy muy ocupada, seguro podrá decirle a mi asistente que le agende una cita. Su mirada me reta, haciendo que curve las comisuras de mis labios levemente. Me pongo mis lentes dándome la vuelta y entro al camerino para cambiarme, me pongo unos jeans blancos una blusa de tirantes negra y sobre esta una campera rosa. Tomo mi bolso de diseñador y luego de ponerme unos tacones negros salgo en dirección a la empresa de mi hermano, necesito unos papeles que deje en su oficina, además de que quiero averiguar más sobre la chica que lo trae loco. Porque si, mi hermano por fin estaba interesando en alguien. ¡Por fin! Ese idiota sentaría cabeza. Me subo en el auto sintiendo unas pisadas detrás de mi y una voz se hace presente en el estacionamiento. —¡Señorita! Espero a que la chica llegue al auto y ella intenta tranquilizar su respiración antes de hablar. —Señorita... Su madre llamó—menciona mi secretaria. —¿Que dijo? —Que la llamara en cuanto pudiera. Enciendo el auto y empiezo a manejar en dirección a la empresa, mis pensamientos se desvían al muchacho de ojos negros que apareció hoy defendiendo a la chica, muy valiente a decir verdad, o tal vez no me conocía, la cuestión es que, era guapo, sin dudarlo. Quizás investigar un poquito no haría daño. Aunque... ¿Que hacia yo pensando en eso? Era obvio que estaba perdiendo el tiempo pensando en un niñato. ¡Quien iba a decir! La glamurosa Verónica Willians dándole más de una repasada a un chico. Ruedo los ojos para mi misma y llego a la empresa bajo la atenta mirada de los trabajadores, me bajo del auto y camino elegantemente hasta el ascensor, en el momento que este se abre observo una silueta femenina caminar con enojo hasta la oficina de Patrick y cerrar de un portazo. Río levemente sabiendo que es la misma chica, su secretaria. Muevo mis pies hasta estar frente a la puerta y la abro de golpe mirando a la chica atentamente, su oscura mirada es de sorpresa, su cuerpo se posiciona de mejor manera al momento de verme, y puedo ver que es muy linda. Se viste bien, así que ya me cae bien. —¡Asi que tu eres mi cuñada! —No... Yo no soy... —Ay querida, no lo niegues, mi hermano esta babeando por ti, es obvio que lo serás. A menos que ya tengas novio—digo lo último con miedo. Necesito que mi hermano este feliz y ella probablemente lo haga feliz. —No tengo novio, pero tampoco tengo nada con tu hermano—musita apenada. La miro sorprendida, por el simple echo de que ninguna, NINGUNA mujer, ha rechazado a mi hermano, porque para que negarlo, es un galán, igualito a mi. Cierro la puerta saliendo de mi sorpresa y miro a la chica. —Debo admitir que me caes mejor de lo que creí, eres la primera chica que niega a mi hermano—suelto curvando las cejas. —No soy igual a todas. Y que se nota. —Espero pronto seas parte de mi familia, se que eres una buena chica, mi hermano merece un gran amor. Menciono saliendo y olvidándome que vine a hacer aquí. Rayos, esa chica me parece conocida. Camino por los pasillos buscando a Patrick, y lo veo salir de la sala de reuniones con el guapo de su amigo Simón. Ese hombre si que se había resistido a mis encantos. —¡Hermanito! —Hola Vero. ¿Que haces aquí? —Vine a buscar unos papeles en tu oficina, pero allí esta una chica, no quise molestar—alzo las cejas divertida. Patrick bufa sabiendo que soy muy metiche, y Simón ríe captando mi atención. —¿Y que hay contigo guapo?—pregunto con coquetería. —¿Comingo que? —¿Estas libre esta noche?—pregunto y el rueda los ojos. —No, tengo planes —Que lastima—chasqueo la lengua y me giro hacia Patrick—¿Podrias buscarme los papeles? Porfavor. —Bien. (...) Llego a casa tranquila y me estiro cual gato, camino hasta mi habitación y la señora rosa me da una sonrisa la verme pasar. —Buenas tardes Rosita, ¿Como te va? —Muy bien Señorita, ¿y a usted? —Perfectamente, ¿crees que puedas hacerme un batido de chocolate?Quiero relajarme. La señora Rosa alza una ceja divertida examinándome con la mirada —Claro que si señorita, se lo traigo enseguida. —¡Gracias, rosita! —Veronica. —¿Si? —¿Saldrá esta noche? —Quien sabe.... Sonrío guiñándole un ojo. —¡Cuando esta niña va sentar cabeza señor! Dice dramáticamente. —Nah, eso no es para mi. Rosa niega con la cabeza divertida y yo vuelvo a mi habitación para descansar. Rosa es nuestra empleada desde hace años, por lo que es la única que conoce mi vida muy bien, rara vez me veía con novio, o centrándome en algo más que no fuera mi trabajo, que por cierto, era algo que amaba. La realidad es que yo nunca buscaba una relación sería, sólo salía de vez en cuando con alguno que otro chico, el único que lograba captar mi atención para algo serio era Simón, el amigo de mi hermano, quien ni me miraba, pero no me gustaba ni nada, sólo sabía que era un buen hombre, y me lo pensaría si algún día se fijara en mi. Además que estaba para comérselo. Me lanzo en mi cama mirándo la hora, apenas eran las tres de la tarde, por lo que podría ver series antes de arreglarme para salir. Talvez pudiera echarme un buen polvo esta noche. (...) Termino el batido de chocolate luego de una larga tarde de series, miro el vestido azul de tiros finos que elegí para hoy, el escote en el lugar del pecho es discreto, el largo es moderado, no enseño ni mucho ni poco, y unos tacones blancos lo acompañan. Son las seis así que decido levantarme y tomar una ducha, luego de unos minutos salgo envolviendome en una toalla. Salgo del baño y luego de secarme me pongo mi ropa interior, arriba de esta mi vestido, los tacones blancos me hacen ver aun más alta de lo que soy y listo. Preparada para arrasar con todo. Me maquillo levemente y cuando ya estoy lista salgo de la habitación en dirección a la puerta de salida. —Portate bien Kati—dice rosita detrás de mi. Me giro dándole una sonrisa y guiño el ojo. —Siempre. ¡Hola! ¿Como están? Espero que muy bien, para todos los que leen mis historias, primeramente, ¡Muchas gracias! Y segundo, esta historia es la segunda parte de la bilogía Corazones millonarios, sin embargo, no es necesario leer "La secretaria del amor" antes. Porque es una historia aparte. Espero les haya gustado.❤ Cualquier duda pueden checar mi ** y f******k donde encontrarán más novedades Se despide, Paty Facebook: Patriciac.autora Instagram: Patriciac_autora
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD