Los labios de Chloe se apretaron en una línea firme y Leandro estuvo a punto de sonreír al ver como su rostro lentamente se ponía rojo por completo pero esta vez por la rabia
Casi estuvo a punto de hacerlo
De ella estaba punto de salir humo, sus dedos se abrían y cerraban a sus costados con ganas de cerrarse en ese hermoso cuello que tenía su marido, la diversión brillo en esos ojos color azul y estuvo a punto de estrangularlo
“Si las miradas mataran yo ya no existiera” pensó un sonriente Leandro, estaba seguro que resultaba ser una verdadera molestia en ese momento, estaba al tanto que era lo último que quería ver su esposa después de lo que dijo, pero ya habia tomado una decisión
No dejaría a su esposa ni aunque ella lo quisiera
Claro esto último era completamente falso pues habia
