Sentado sobre la camilla en la consulta del médico, Dylan mantenía su mirada baja, concentrado en la forma en que sus piernas se balanceaban de adelante hacia atrás. Frente a él, se encontraba Cael y no exactamente con una expresión muy feliz. En realidad, el cambiaformas alfa se veía bastante atemorizante ahí parado con sus grandes brazos entrecruzados y su espalda apoyada en la pared pintada de un color gris opaco con patrones simétricos blancos. —Puedo quédame a esperar aquí solo si tienes cosas por hacer —expresó, y aunque el tono del omega fue tan bajo y suave como siempre, en esa solitaria habitación donde solo estaban ellos dos, se escuchó perfectamente. —No tengo otras cosas que hacer —respondió, y su cabeza se inclinó ligeramente hacia el costado mientras le observaba con aten