Cuando su cerebro comenzó a reaccionar, un pequeño quejido de dolor escapó a través de los delgados labios del omega ante la presión en su cabeza.
Pero considerando todas las voces que habían invadido su cabeza durante el desayuno, algunas más furiosas que otras, no debería de sorprenderle mucho su malestar.
Dylan había sabido que sentarse a desayunar con todos sería una mala idea tan pronto como llegó al comedor y su padre corrió de asiento a su amante solo para tenerle al otro costado suyo.
Haber tenido que soportar las quejas de su madre y Romina había sido malo, si a eso se le añadía a los dos invitados y la preocupación de Vincent, lo volvía horrible.
En sí, el joven omega habría podido aguantar todo como siempre, si su padre no hubiera arruinado todo prestándole atención, lo que
