Ariel salió a la sala de espera, se notaba desesperado, King lo miraba desde lejos, el doctor se acercó a él y lo escuchó
—La paciente está muy bien, si usted así lo quiere, podría ser dada de alta.
—Yo le diré cuando lo quiera.
El doctor asintió y de inmediato desapareció de su vista.
Ariel volvió a la habitación y al hacerlo, notó como la incomodidad volvía al rostro de Meissa, ella no esperaba su regreso tan pronto, pero se detuvo justo frente a ella
—¿Quieres salir del hospital? —preguntó él—. El doctor dice que estás mejor y podrás irte, pero, quiero saber, ¿Pensaste en lo que te pedí?
Ella frunció el ceño
—¿Quieres que me quede contigo?
Él asintió levemente
—Eso es, ya lo dije, tu vida mejorará, nadie podrá siquiera soñar con lastimarte, te aseguro que todo será bueno para
