Lindsey se puso de pie, temblaba como si se muriera de frío e intentaba que no lo notaran
—Debo ir un momento al tocador, enseguida vuelvo —dijo conteniéndose por completo
Roberto asintió, mientras engullía un pedazo de pastel
—¿Qué sucede? ¿Acaso no es hermosa?
—Te veo después, tengo algo de prisa —Ariel no dio siquiera pie a réplica, Roberto hizo un gesto de fastidio, pero siguió comiendo sin prestar atención.
Ariel miró por la ventana, Lindsey iba corriendo para tomar su auto e intentó huir,
—¡¿Ves a la mujer que salió de vestido celeste?! ¡No la dejen que escape! Deténganla —sentenció severo
King dio la orden y él y los hombres emprendieron la carrera para ir por la mujer.
Lindsey manejó a toda prisa, tenía mucho miedo y sollozaba, ahora temía lo peor
«¡Es Ariel Rochester!
