Capítulo IX: Las dos personas más solitarias del mundo

1832 Words

Ari abrió la puerta y entró a la humilde casa, Meissa levantó la mirada y dibujó una gran sonrisa al verlo llegar —Ari, has demorado mucho, pensé que no vendrías. —¿Por qué has pensado eso? Solo tuve más trabajo, pero, no debes preocuparte, yo siempre volveré a casa —dijo con voz dulce, y ella sintió que la forma en que la miraba era tan brillante Meissa se apuró a servir la cena, cuando al fin pudo detener el temblor en su cuerpo «¿Qué me pasa? Actúo como una adolescente, además, solo es Ari, él es como… ¿Un hermano? Sí, así debo verlo, no debe tener otras intenciones, o habría una razón para que él se fije en una ex convicta como yo» pensó con amargura Cenaron mientras platicaban de su día —¿Y a ti como te fue, Ari? —Bien, hoy tuve un largo, pero buen día, me encontré con una pers

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