Canto y hotcakes.

1302 Words
Podía sentir su mirada cuando me cambiaba y eso me gustó, porque no lo sé, pero me gustó que se fijara en mí de una manera tan carnal y primitiva. Aquellas sensaciones era algo que no había sentido en estos 7 años y de alguna forma me sentía cómoda, natural justo como me siento cuando me dice amor, anhelo más que nada recordar aquellos recuerdos. —¿Por qué hace rato no traías zapatos?. —Oh eso había un intruso en la isla y me hizo correr así que con las pantuflas no podía hacerlo y me las quité. —¿Lo atraparon?. —Sí lo hice. —¿Qué quería?. —Te buscaba a ti. —Ami ¿Por qué?. —Alguien le dijo que si tenía problemas te buscará y capto tu energía hasta aquí. —¿Y qué hicieron con él?. —Estamos por averiguarlo. Caminamos unos metros y llegamos a una especie de cuarto. —¿Qué paso porque hay sangre?.— pregunto de inmediato —Matu le dio con una flecha. —Tú eres Lilith, tienes que ayudarme por favor. —Lo siento, pero no puedo hacerlo. —Porque, en mi familia siempre nos dijeron que si pasaba algo te buscáramos, Rebeca ella estudió contigo la universidad hace muchos años. —Perdón pero… —¿Rebeca de Madrid?— le dice Matu —Si ella es mi tatarabuela o algo así. —Rebeca ¿la Rebeca que conozco?— le pregunta Lucía a Matu —Si esa Rebeca. —¿Yo la conozco?— les pregunto —Si fuimos amigas de toda la vida— me contesta Lucia —Mira Lilith no te puede ayudar, pero nosotros si, ella acaba de regresar después de que murió y perdió la memoria, además su salud no es muy buena— le dice Morningstar al muchacho —Esperen ¿por qué no le han sacado la flecha?. —Ah es una flecha mágica y solo la dueña puede sacarla si hacerle daño. —Interesante, ¿Puedo sacarla?— me miran y le sonrió —Sácala Matu a de doler— le digo, ni les gusto mi broma —Sí lo siento. Se acerca y le saca la flecha de golpe estaría mal si pensara que se vio sexy haciendo eso, por dios Lilith hirió a alguien como va a ser eso sexy. Odio tener estos pensamientos, es como si dos partes de mí lucharán para ser la dominante y los dos tienen diferentes puntos de vista. —Lilith y yo regresamos a la casa ¿vienen?. —Sí, vamos— le contestan todos —Y él— les digo —Él está dormido— Samuel hace un movimiento y lo duerme —Ok. Morningstar se lo pone en el hombro y camina, todos lo seguimos. —Entonces Lilith encontraste lo que buscabas— me dice Lucía —Sí. —¿Qué era?. —Un collar como el de Matu y los anillos de boda. —Esos desaparecieron contigo, que hacían enterrados. —No lo sé Lucia. Es interesante, parece un túnel y cruza de lado a lado y atraviesa el mar, pero no tiene ninguna filtración o algo parecido. —¿Quién construyó este túnel?— les pregunto —Las guardianas— me contesta Matu —Interesante. Veo como Samuel se adelanta y abre dos puertas, subimos unos cuantos escalones y ya estamos en el patio de la casa, entramos a la casa, Morningstar acuesta al muchacho en el sillón, Atenea corre y me abraza, se siente cálido su abrazo. —Pensé que te había pasado algo ¿por qué te fuiste asi?— me da un golpe en el hombro —Auch— le digo —Lo siento, me iré a dormir hasta pronto.— eso fue raro Subo las escaleras y en cuanto entro a la habitación me tiro en la cama, me quitó la bata que traía, pongo la caja con las cosas en el buró y me quedo dormida profundamente. Siento algo cálido y me acerco a él abrazándolo. Veo que alguien me persigue, me veo corriendo con miedo, cuando el hombre se acerca más a mí me despierto del susto, ¿qué fue eso?, ¿fue un recuerdo? O que fue eso, sea lo que haya sido se sintió muy real. Cuando me muevo me doy cuenta de que Matu me abraza y yo a ella, no puedo evitar sonreír, me levanto con cuidado de no despertarla, me fijo en la hora y son las 7 de la mañana, puedo hacerles el desayuno como agradecimiento, salgo del cuarto a la cocina y comienzo a hacer el desayuno. Matu Cuando suena mi alarma me despierto como costumbre, no puedo evitar sonreír cuando recuerdo que Lilith me abrazo cuando dormía, se vio tan perfecta, pero dónde está en eso entra Atenea corriendo —Escucha— me dice sonriendo Me levanto y escucho a Lilith cantar nuestra canción The Middle y no me había dado cuenta cuánto extrañaba escucharla cantar, si ya sonreía ahora sonrió aún más como tonta. —Siento que te recuerda inconscientemente. —Ojalá. Bajamos las escaleras, la vemos cocinando y bailando, volteo a ver a Atenea y veo que todos están sonriendo mirándola cocinar, ella se gira y nos sonríe. —Buen día, hice el desayuno, espero y les gusten los hotcakes. —Buenos días, ¿Cómo amaneciste?— le pregunto —Dormí bien aunque tuve un sueño raro. —¡Soñaste Leslie!— le dice Rosy —Si puedes creerlo, ten ponlos en la mesa. —¿Por qué nunca soñabas?— le pregunta Lucia —No, nunca soñé estos 7 años. —¿Y qué fue lo que soñaste?— le pregunto —Soñé que un hombre me perseguía y yo huía de él, sentía mucho miedo, cuando estaba por atraparme me desperté. Todos quitan la sonrisa que tenían y no los culpo, todos pensamos lo mismo en Matt, el profesor que abusó de ella. —¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras?— nos dice —Ah lo que pasa es que tenemos miedo de tu comida— le dice Samuel —¿Por qué?— contesta ofendida —Bueno, mamá nunca has sido buena cocinera— le dice Alberto sonriendo —¿En serio? Pero ahora cocino bien lo prometo. —Es verdad ella cocina bien— nos dice Rosy Veo el reloj de la cocina. —Voy a despertar a los gemelos si no se les hace tarde para la escuela. —Si, te apuras para desayunar todos juntos— me dice Atenea —Yo no desayuno— nos dice Lilith —Nunca lo has hecho, siempre te comes una barra de granola o un jugo. —Impresionante— me dice riendo Se gira para seguir cocinando, y me voy a despertar a los gemelos. —Buen día, bebés, es hora de despertar. Se dan la media vuelta y Maya se levanta de golpe —¡Hoy vamos a ver a mami!— dice emocionada —Si hoy van a ver a Mami. —¡Liam levántate vamos a conocer a Mami!. —En serio— se levanta sonriendo —Si mi bebé hoy conocen a mami. Se bajan de sus camas y cada uno se va a su baño, sacó sus uniformes y los pongo sobre la cama, sacó sus zapatos, acomodo sus libros en las mochilas. Cuando salen del baño se llevan sus uniformes y se cambian, entró a cepillarle el cabello a Maya, le pongo una diadema, después voy a peinar a Liam y cuando están listos agarro sus mochilas y salimos de la habitación, salen corriendo. —Tengan cuidado no se vayan a caer. —Sí mamá. Se quedan parados y se asoman en la cocina, se ven tan tiernos y emocionados por conocerla.
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