Los mellizos de Atlas

—¡Corre!— —No puedo más lo siento— Sandra:—¿Por qué no puedes?— Atanea:—Tengo a mi bebé conmigo— Sandra:—¿Que?— ella muestras una canasta que trae en su espalda —¿Que es esto?— Atanea:—¡No grites!— Sandra:—Sabes que nos van a matar— Atanea:—ella es mi bebé no voy a permitir que le hagan nada— Sandra:—¿Y el padre?— Atanea:—El está luchando, espero que se salve— Sandra:–Sabes que no va a salvarse ¿Verdad?— Atanea:—Yo le dije que viniera conmigo y no quiso, el prefirió la manada antes que a nosotras— empezamos a caminar lentamente la oscuridad se hace cada vez más presente los árboles sin hojas piedras por todo el camino y señales fosforescentes que guían una carretera de tierra. —Que silencio— Sandra:—Abre bien tus ojos, recuerda tenemos una habilidad que ellos no poseen– Atanea:—Si algo me pasa— Sandra:—Nada te va a pasar— Atanea:—Ay Sandra gracias por cuidar de mi, pero ambas sabemos que no vamos a salir de aca con vida lo mejor es, ¡Sandra!— grito al ver un gran lobo marrón con poco pelo colmillos llenos de sangre y mirada perdida, alza su hocico al aire y empieza a caminar con pasos torpes pero grandes cada vez acechando nuestro punto, le hago una seña a Sandra para que se quedó inmóvil y ella me obedece, con mi bebé en brazos deseando que no llore la coloco en la canasta ella está dormida con su mantica de unicornio, algo adentro de mi se parte en dos al ver a mi hija ahí dormida mis piernas fallan al ver cómo abre sus ojitos busca a llorar pero la calmo con mi toque, mi mano temblorosa roza su mejilla dejándola dormida otra vez, me giro al ver cómo queda lo que una vez fue una amiga viva, ahora es una Sandra con sangre en su rostro tirada en el medio de la carretera de tierra, el lobo no la devoro sólo la mato así sabrá su piel amarga como el café sin azúcar, en cambio yo... Bueno a mi ya me devoraron mis pies, puedo jurar que siento los dientes del lobo en mi cabeza como rechinan al contacto con mi piel, mientras que yo le canto una canción de cuna a mi bebé que está dormida escondida en un arbusto, solo espero que tu padre no cambie su forma de ser y que se consiga a alguien que lo ame como yo lo ame a él, tu padre es fuerte cariño pero con un gran corazón. Jamás.... Jam.. más... mi niña no te quise fallar, he aguantado pero ya no tengo fuerzas, jamas te dejaré mi linda Atlas del mar. De la oscuridad apareció un hombre que devoro al lobo que mato a la mujer que, quedo con los ojos abiertos mirando en una dirección. —¿Que tenemos aquí?— dijo el hombre misterioso —Una pequeña bebe— El hombre empezó a flotar mientras se aleja del lugar, hasta llegar a una aldea sola oscura porque está rodeada por árboles densos, el hombre apenas piso la aldea todos los lobos empezaron a aullar, —Esto apesta— dijo el hombre, mientras se acercaba cada vez más a la gran casa del frente —¿Ha donde se dirige?— hablo un anciano beta de la manada —Pase por el prado y presencie una batalla, pero la mujer no sobrevivió, en cambio ella si– enseño la bebe —¿No la puede ver?— el anciano la olfatea –¿Es de esta manada?— —Ho, si, si lo es— el anciano elvea su rostro —Aw— bajo mi mirada al ver la cara sucia el cabello lo tiene por todos lados y como con comida en el –¿Quien es el Alfa?— —Acá estoy— —Buenas noches, acabo de pasar.. —Ya escuche lo que dijo, y esa niña que tiene en sus brazos es de esta manada— me acerco —Mi nombre es Frédéric y este no es tu lugar, ¿acaso quieres morir?— me empiezo a transformar —No, no solo estoy de paso, vine a visitar a mis hijos ya que tenía tiempo sin verlos— —¿Como es tu nombre?— Hablo Frédéric —Carl, mi nombre es Carl y soy el Alfa de la manada Eclipe y pertenezco a las manadas Lunadeplata Tormenta Oscura y España— me acerco más aún con la bebé en mis brazos, todos ven en varias direcciones. La peste que hay en este lugar es insoportable —¿Lunadeplata? mmm, ¿como se llama la manada de tus hijos?— —Aun no tienen nombre ya que mis hijos están ocultos, incluso por eso me perdí— entrego a la bebé a una señora que se acercó pero su mirada estaba clavada en el sueño —Cuidado con la bebé, debe estar lastimada— me alejo un poco hasta que escucho unos gritos. Me giro pero me detengo al ver a mi amada Sofhi en una jaula —¿QUE CREES QUE HACES? ELLA ES MI LUNA— gruñi encendiendo el lugar y varios lobos salieron de la oscuridad —¿Ella es tuya? quiero saber si tu sentirás lo mismo que yo siento en este momento, por perder a mi luna— —¿ESTAS LOCO? YO NO LE HICE NADA— grito pero varios lobos me rodean mientras le golpean en el estomago a mi Shofi —¡No! ¡No! Ella está embarazada ¡Para!— grité mis manos empezaron arder mientras un aullidos retumbó en la lejanía —¡Hijos!— escucho como las patas de mis hijos retumban en el lugar mientras gruñidos acechan en la manada risas de varias hienas descontrola al Alfa y a los hombres con apariencias asquerosas —¡Libera a mi madre!— gruño alguien que salio de un árbol —Está bien, solo quise jugar un rato, tienen dos minutos para que salgan de la oscuridad, tienen tiempo ya que pronto será menguante y allí van a saber cual será nuestro nuevo objetivo— gruño Frédéric —¿No estás amenazando? ay que maldito loco, no tienes ni una puta idea a quien te estas enfrentando, nos vamos pero solo porque mi madre esta mal— gruño Cristian —Hijos, su madre está mal, es hora de irnos– dijo Carl saliendo de la oscuridad Todos tratan de salir dejando atrás la oscuridad y el temor, hasta que Carl ve como Sofhi empieza a sangra y aún no despierta —Iré a matarlo, lo mataré ¡MATARE A ESE MALNACIDO! MIRA PAPÁ, MI MADRE ESTA MAL AL IGUAL QUE MI HERMANO— —Juro, que si algo le pasa a mi mujer y a mi bebé ese Alfa me las va a pagar, mataré a lo el más ama, esa niña debe morir— gruño Carl con sus ojos rojos llenos de dolor —¿Niña? ¿Cuál niña?— murmuró Kristen —Una niña, la razón de que entre en esa manada, es más no parece una manada, eso es un chiquero una asquerosidad que no debe ser vista ante el ojos público ¿acaso no ven lo sucio que está?— grito Carl —No vi a ninguna niña, estaba muy preocupado por mi madre— —Mi niño Cristian, así pases de 20 años siempre serás nuestro bebé, espero espero dejen esta manada y vayan con nosotros a Lunadeplata o New York— —Papá sabes que no nos gusta esa manada, además ya creamos la nuestra, ven es por acá— dijo Kristen entrando por un atajo de unas rocas varios lobos aparecen ante los mellizos y se inclinan —¿Esta es su manada?— dijo Carl con asombro —¿Y la otra?— —Es la misma, pero más grande— intervino Cristian —Necesito ver a su madre— me detengo al ver cómo la meten a una casa grande mientras nosotros la seguimos, mi corazón late con fuerza porque nose como mi amada Sofhi afronte la ruda realidad de que predio a nuestro cachorro. —Tranquilo papá, me vengaré por la muerte de mi hermano— —Así es papá, Kristen y mi persona junto a la manada killers in the dark, vamos a matar a todos los de esa manada— –¿killers in the dark? Es un gran nombre para una manada grande— cierro mis ojos esperando a que mi amada Shofi despierte..