Nathan regreso de hacer su llamada. —Disculpen por haber dilatado, no se si he sido atrevido de mi parte, pero le he pedido a mi tío que me dé el número del neurólogo que llevó mi caso, ya he hablado con él y vendrá en tres horas. —Pero no tengo como pagarle. —No se preocupe por eso, usted no pagará nada, lo importante ahorita es la salud de su hermano, creo que en estos momentos es donde no debe existir la vergüenza. Estuvimos con ella acompañándola, le explicamos cuáles eran los planes de la nueva empresa que tendría casi el doble de lo que papá tenía, hasta que llegó el neurólogo. —Buenos días doctor, gracias por venir pronto —le dijo Nathan. —Veamos al pequeño. Grace llevó al doctor a la habitación del pequeño, adentro solamente se quedó su mamá con el doctor. —El es buen docto