When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Ella miró al hombre que acababa de proclamarla como su esposa elegida. La ira y la incredulidad se apoderaron de sus venas. — ¡Respóndeme, maldita sea! Daniel simplemente suspiró, dándole la espalda. Solo para tomar una almohada de la cama y ponerla en el sofá. Ignorándola. Pero ella no iba a dejarlo ir. Deteniéndose frente a él, bloquea su camino. —Respóndeme, Daniel. ¿Por qué? Ella pregunta, casi suplicando, y él pasa la mano por su cabello. —Mira, Fiore, sabes que solo lo hice para mantenerte a salvo. No estás obligada a cumplir los deberes de mi esposa. Ella se burla, incrédula. Solo para agarrar su cuello. Jalándolo hacia ella. — ¡Claro que no haré eso! Tengo al hijo de mi compañero en mi vientre y moriré antes de amar a otro hombre. Baja la mirada, sabiendo esto ya. La muje