Un calor golpea mi núcleo, lo suficientemente fuerte como para hacer que cierre las piernas. Las emociones que sentí anoche resurgen. Pero esta noche, él no vendrá a satisfacerlas ni a llevarme al éxtasis. Esta noche la llenará y la reclamará a ella en su lugar. Otra ola golpea mi columna vertebral y casi me deslizo hacia abajo. Torciendo mis manos en las cadenas. Mierda. Se estaba intensificando. Un dolor agudo se arraiga en mi abdomen y mis ojos casi se voltean hacia atrás, con lágrimas corriendo. No se detiene, una tras otra. Los dolores agudos siguen golpeando mi estómago, haciendo temblar mis piernas y entumeciendo mi mente. La luna parecía turbia mientras mis lágrimas bloqueaban mi visión. El dolor llega en golpes y solo se intensifica con cada golpe. Apenas tengo un segundo p