Capítulo 16: Cuando el corazón manda.

515 Words
Gavin estiró los brazos tratando de llevar fresco aire a sus pulmones. Este lugar era hermoso, no le costaba creer que este fuera su lugar especial. Desde el primer momento que lo vio se enamoró de él. No le costaba imaginarse a sí mismo aquí en los largos días de verano. Solo leyendo y disfrutando de los sonidos de la naturaleza… Sobre su hombro miró a Raymond, estaba tumbado sobre una manta, recargado contra la corteza de un árbol, nuevamente con esa libreta de dibujo. —¿Tienes que trabajar siempre? Él sonrió. —Estoy terminando los últimos detalles de las nuevas arcas que tu padre me pidió diseñar. Gavin sonrió, desde aquel día en la tormenta había notado una diferencia en Raymond. Ahora estaba más relajado alrededor de su familia, lo que serían solo un par de días. Se convirtieron fácilmente en dos semanas, hoy era su último día. Mañana Raymond tenía un gran evento al cual no podía dejar de asistir. —¿Estás muy emocionado con esto? —Con mis diseños, se mejorará el sistema de agua, alimento y desagüe, la tasa de mortalidad entre las vacas disminuirá en 31 %. —Si papá te escucha, te jalará las orejas, sus cabezas de ganado no solo son vacas. —Da lo mismo, él dice que todos los cortes de madera son iguales, está dañando mi corazón al afirmar eso. Gavin rio y se aproximó hacia donde su amante estaba trabajando, se recostó boca abajo, durante un rato lo miro trabajar, era muy hábil dibujando. —Este viaje fue muy bueno, ¿cierto? —Todavía no les agrado a tus hermanos, pero las cosas van mejorando. Aparto su libreta y lo miró. >>—Lamento de verdad tener que regresar, pero no puedo faltar a ese evento mañana. —Lo entiendo. —Te prometo que regresaremos en cuanto nos sea posible. —¿Lo dices en serio? Gavin lo miró esperanzado, su prometido le sonrió tiernamente y asintió. No pudo resistir echarse a sus brazos y mucho menos a darle pequeños besos en toda la cara. >>—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! —No tienes nada de que agradecerme bebé, además tengo que regresar con un presupuesto por las modificaciones. —¿Serías capaz de cobrarle a mi familia? Lo miró divertido. —Negocios son Negocios bebé… Pero claro que les haré un descuento. —Mis hermanos te matarán. —¿No me digas que ellos no cobran un sueldo por su trabajo? —Sí, pero… —Pero nada bebé, si no cobrara mi trabajo mi empresa sería un fracaso total y no tendríamos nuestro apartamento en la quinta avenida en la ciudad de Nueva York. El solo mencionar su apartamento le dio escalofríos, pero trato de disimular forzando una sonrisa. —Tienes razón. —Claro que la tengo. Sonrió petulante, le dio un beso y regresó a seguir dibujando bocetos, Gavin suspiró y se recostó sobre la manta colocando la cabeza sobre el estómago de él, tomó una profunda respiración. Este era un sueño, un hermoso sueño que pronto terminaría.
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