Capitulo 2

1661 Words
Después de casi dos largas horas caminando, al fin volvimos a la parroquia, mi madre se encontraba hablando con una señora, mientras tanto yo la esperaba sentada en la comodidad de una banca, ella y mi padre habían acordado que él nos pasaría recogiendo por la mansión  de lujo a la que llamaban "casa de Dios", cuando mire la enorme limusina negra entrar por el portón blanco de hierro, me levante de la banca y salí al encuentro del hombre alto, un poco gordo y con la cabeza pintada de cabellos  color plata, me recibió entre sus brazos, como siempre lo había hecho, yo era su adoración, y el era la mía, deposito un cálido beso sobre mi frente, mi papá era muy diferente a mi mama, a él no le importaba mi ateísmo, solo le interesaba que yo cambiara mi comportamiento salvaje y desinteresado, al menos en publico, pero mas le importaba mi felicidad, cosa que a mi mamá no la metía en preocupación. -¿Como esta la princesa de la casa?-Preguntó mientras acariciaba mi espesa cabellera. -Muy bien papá-contesté sonriente-solo que tu esposa me obligo a venir a esta mierda otra vez...-acto seguido cree una mueca de desagrado con mis labios. -Sofía sabes que no me gusta que hables así hija-me llamo la atención con delicadeza-menos en publico, eres una dama-menciono, empezando a sonar tan superficial como mi madre-compórtate como tal... -algunas veces suenas como mamá...-replique con molestia. vi a los ojos de mi padre fijamente, mostrándole la decepción que me creaba oírlo hablar de tal forma agache mi cabeza, le di la vuelta a mi padre y me metí en la limusina, él se limito a pasar ambas manos por su canosa cabellera, simulando arrepentimiento o quizá también decepción, me interne en la comodidad de la Limusina de mi padre. -Hola Santiiii-Grite con emocion al ver al chofer de mi padre-¿me extrañaste?-pregunte sonriente. -No puedo negarlo-dijo el hombre de edad avanzada-desde la mañana que la deje en el colegio empecé a extrañarla niña Sofía...   -Ay mi viejo Santiago-respire profundo-yo también extraño la libertad que me proporciona tu compañía... -¿Que pasa mi niña?-Preguntó, se veía y escuchaba sinceramente interesado en oír mis quejas -¿Te parece poco?-pregunte alterada- Mamá me ha traído a este maldito lugar otra vez...-con mi mano derecha señale el lujoso edificio que se ubicaba a mi diestra-y me ha obligado a aparentar tener fe...   La platica con mi chófer fue interrumpida por la puerta de aquella inmensa nave color negra metálica que bruscamente se abría y dejaba entrar al esplendido caballero al que todos conocían como Francisco guerra y a la mujer a la cual llamaba madre... justamente la que con cada suspiro, solo trataba de llevar a la mierda mi vida, mi mamá me observaba de tal forma que era evidente su enojo para conmigo, no se por que me odia tanto, pero a estas alturas de la vida, sinceramente me da igual, mientras el vehículo avanza, miro las imágenes que velozmente pasan por el vidrio de la ventana... -Acaso no es hermosa-Habla mi padre refiriéndose a mi- tiene el perfil de un Ángel!-sonrió al escucharlo. -¿De un Ángel?-pregunta mi madre-Por Dios Francisco, es un diablo esa niña-dice señalándome con desprecio-es la reencarnación del Ángel de luz, el mismo que fue desterrado del firmamento y enviado al infierno... -¿sabes que Yolanda?- mi voz es relajada y serena-Tus opiniones sobre mi, las ocupo para limpiar mi culo!-termino mi frase con una sonrisa sin desviar mi mirada de la ventana. -No se te olvide quien soy,-grita mientras golpea uno de los asientos del vehiculo-soy tu madre mocosa y debes respetarme como tal! -Te respetare el día en que tu lo hagas.- le contesto de la forma mas tranquila posible. -Francisco-le grita a mi padre-deberías bajarle los zumos a tu hija.... -las dos se calman.-interviene mi papá-me gustaría que tuvieran una hermosa relación de madre e hija, pero no, cada vez que están juntas  esto termina siendo un campo de batalla lleno de bombas que explotan al mas mínimo contacto, ya estoy cansado de esta situación y lamento decirlo, pero Yolanda, tu eres la adulta no Sofía. Aquella ultima frase había matado a mi madre, era obvio que su amado esposo de nuevo me defendía a mi, y no a ella, volteo su mirada y con sus ojos verdes fulminaba a mi protector padre, yo los mire a los dos y sonreí triunfante, esta vez yo lo tenia de mi lado... El resto del camino nadie dijo nada, cruzamos el reten de seguridad de mi casa y pronto nos encontramos parqueados y listos para bajarnos, mi madre bajo primero, luego papá y por ultimo baje yo, después de despedirme de Santiago por supuesto, no pude evitarlo, me quede unos segundos adorando el cielo, que como tantas noches me deslumbraba con sus maravillosos faroles naturales,  la noche se había vuelto mas fría, entonces decidí entrar a mi caluroso hogar, en la sala la chimenea estaba lista para calentarnos junto con tazas de un rico chocolate suizo, mi mamá y mi papá estaban sentados en el comedor, yo quería evitar estar junto a mi madre, necesitaba refugiarme en la soledad de mi cuarto, corrí hacia las escaleras para posteriormente dirigirme a mi habitación, cuando voy por el quinto escalón escucho hablar a mi padre. -Sofía-habló con voz fuerte y autoritaria-baja inmediatamente a cenar, es una orden!!! -Déjala Francisco-solicito mi madre-digo no es que sea muy grata su compañía... -Jodete mamá,- exprese con molestia-sabes no tenia ganas de comer, pero ya que mi compañía te resulta tan satisfactoria, me quedare.... -No quiero discusiones en esta mesa-dijo de forma clara y precisa-y eso va para las dos!!!! Acomode mi respectiva servilleta sobre mis piernas que se encontraban tapadas por mi corta falda de uniforme, tome mi taza de chocolate para hacerle espera a la cena, a pesar de no decir ninguna palabra, el ambiente era pesado, se sentía fácilmente, y no se podía negar, después de la cena mamá tiro sus cubiertos vulgarmente sobre la mesa.  -Buenas noches-dijo con molestia y se retiro con dirección a las escaleras. -Espero no haber molestado mucho papá...-mencione con falsa preocupacion. -Solo debes aprender a comportarte un poco...-aclaró mientras colocaba su servilleta sobre la mesa -No se como voy a hacer ahora que te vallas de viaje...-agregue con melancolia. -Podrás llamarme todas las veces que quieras, siempre habrá un espacio para ti en mi ocupada agenda.... Me levante de mi silla y le di un casto beso, en el pelo plateado a mi progenitor, el respondió a aquella acción sobando uno de mis brazos. -te amo luz de mis ojos.-agregó con ternura, sonreí y me fui corriendo a mi cuarto. Era viernes en la noche y yo sabia justamente que hacer,  puse seguro a la puerta de roble pintada en dorado que le daba privacidad a mi cuarto, tome mi laptop, introduje en el buscador una pagina donde los videos eran claramente de naturaleza erótica, coloque mis audífonos y  busque el video perfecto, con la ropa puesta, comencé a acariciar todo mi cuerpo. Mis manos apretaban mis senos, me encanta ver mis enormes pezones duros. Fueron bajando mis manos, sentían cada centímetro de mi cuerpo, jugaron con mis caderas, apretándolas; acaricie suavemente mis muslos, me recorrí como si fuera otra persona. Por fin llegaron a donde más quería. Mi feminidad, aún aprisionada en mi ropa interior, podía sentir su palpitar, su humedad que me vuelve loca.  Me detuve, Del cajón de al lado, saque mi vibrador favorito, era rosado de tres velocidades y con un delfin adornando su dureza, también extraje del cajón, un botecito de lubricante. . Los puse junto a mi para estar preparada. Ya estaba consiente de que pasaría unas dos o tres horas dándome placer, intentando de esta forma liberar todo el estrés de la semana, así que me levante para apagar la luz. Con una mano acariciaba mi cueva humedecida, mientras que con la otra pasaba mi dildo por la boca. aquellos 20 cm que me atragante completos hasta sentir que me ahogaba. Lo rebote contra mi boca, mientras que mi sexo se hinchaba cada vez más. suplicando por sentir violentas envestidas, acto seguido acomodé mi vibrador entre mis piernas, sobre mi tanga y lo prendí, para irme calentando más. Su suave vibración empezó a poner duro mi clítoris. Me acomodé y me senté, haciendo que quedará debajo mío mientras movía mis caderas. El  video reflejaba a dos jóvenes llenando de caricias a una fémina, mi mente deseaba ser la chica del video.  Ya no podía aguantar más, me quite toda la ropa y Coloqué mi dildo entre mis pechos y simule crear una ola de placer para un masculino, era como subirse en una montaña rusa, necesito tener pareja pronto eso es seguro, Me acosté y abrí mis piernas lo más que pude, ya sabía lo que me esperaba pero la espera siempre me hace gotear. Mi dildo recorrió todo mi cuerpo, dandome ligeros golpes sensuales. Por fin lo acerqué a mi v****a, ahí lo mantuve. Estaba muy mojada, pero ponerme lubricante me hace sentir genial, suelo imaginar que alguien escupe en mi feminidad para meterme su viril masculinidad. Empiezo a frotar el dildo por toda mi v****a, sin penetrarme.  Con una mano introduzco el dildo en mi cueva. Siento como la estira. y comienzo a entrar y salir lento, muy lento hasta que mi cuerpo comienza a moverse solo de las ganas que tiene. El erótico juguete entra y sale a toda velocidad, agresivamente. Mis gemidos son sofocados por una playera que ocupo como mordaza quisiera gritar pero se que esto podría ocasionarme problemas. Me detengo, finalmente me observo la v****a; todos mis jugos se han convertido en crema caliente, lo he logrado, el estrés, esta fuera de mi cuerpo. 
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