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— Con permiso y buenas noches –digo seria y me dirijo al elevador, Laura hace lo mismo y me sigue. Entramos al elevador y yo sigo sin voltear a ver a Alex, pero sé que se ha girado hacia mí, las puertas del elevador se cierran y suspiro. — Estás celosa ¿no? – dice Laura divertida, la fulmino con la mirada. — Ok, eso es un sí – dice con el mismo tono. Salimos del elevador y nos dirigimos a la salida, está Celso y su fiel compañero sansón (su perrito). — ¿No vas a esperarlo? – pregunta Laura. — No, ya es tarde y no quiero llegar más tarde a mí casa – digo sin importancia. Saludamos a Celso y el claxon de un carro se escucha, todos volteamos y él se estaciona, se baja y se dirige hacia mí. — ¿Se puede saber a dónde vas? – dice con tono serio, tanto Celso como Laura miran la escena ató