“No se graban tanto mil palabras como um solo hecho.” Henrik Johan Ibsen Marcos entró a su oficina esa mañana, su asistente le recibió con la carpeta de documentos que debía firmar. —Sr. Farré estos son los documentos que están pendientes de aprobación y firma. —Marcos tomó la carpeta. —Gracias Danae. Los reviso y en un momento te llamo. —Con su permiso. —la asistente salió de la oficina. Marcos leyó, revisó minuciosamente cada uno de los contratos antes de estampar su firma. Mientras tanto, en su oficina, Zoe está algo ansiosa. Tocan a la puerta de su oficina. —¡Adelante! —la puerta se abre lentamente. —Buenas tardes, Srta Romanutti. ¿Podemos conversar? —Sí, por supuesto. Puede pasar. Bruno coloca la carpeta sobre el escritorio de Zoe, se sienta, cruza su pierna y se reclin