“En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.”
Friedrich Nietzsche
Zoe llegó a la mansión, su móvil no dejaba de sonar. Tenía más de veinte mensajes de Marcos, sin leer. Abrió el chat sólo para dejarle ver que sus mensajes le daban igual, aunque realmente cada uno de ellos eran dardos que se clavaban en su pecho.
“No paro de pensar en ti” “Quiero verte hoy” “¿Podemos escaparnos unos minutos?” “Necesito sentirte, hacerte mía” “Me tienes hipnotizado” “No veo el momento de volver a amarte enteramente”
—Mentiroso, sucio, mentiroso —borró toda la conversación , no quería martirizarse con aquellos mensajes.
Entró, subió hasta la habitación de su padre, Caterina venía saliendo. Llevaba lentes oscuros y se veía con poco ánimo.
—¿Caterina, qué te ocurrió? ¿Por qué
