—¡Déjame! —ordenó Isaac mientras luchaba contra Owen en cada paso que este le arrastraba. —Guarda silencio, te estoy ayudando —reprochó tirando de él lejos de ahí, bajo la atenta mirada de su alfa líder. —¿Ayudándome? —exclamó tirando de su brazo—. Puedes ayudarme soltándome para volver ahí y así poner en su lugar a esa pequeña mierda —gruñó. —Estoy haciendo esto por tu bien —espetó finalmente cansándose y tomando de los muslos al joven alfa para alzarlo, logrando que su estómago chocara con su hombro mientras la parte superior de su cuerpo se doblara apoyándose en su espalda. Ante la presión en su estómago acalambrado, el aire dejó los pulmones de Isaac por un momento por el dolor que sintió con dicho movimiento inesperado, dejándole puntitos negros en su visión nuevamente. —Todos es