—¿Qué es lo que quieren? ¡haré lo que sea! —Elon estaba desesperado —Le enviaré una dirección, más le vale venir solo, si vemos a uno de sus guardias a un kilómetro de la dirección, los mataremos sin dudar. —Está bien. Elon siguió el camino, sus guardias lo siguieron, pero él se detuvo cuando estaba a más de dos kilómetros. llamó al líder de los guardias. —Hasta aquí lleguen. —Pero… señor —exclamó el hombre sorprendido de sus palabras. —¡Es una orden! Si no regreso a la hora del amanecer, llamen a Emiliano Beckman o a Kassin Duran, ¿entendiste? —Sí, señor, ojalá que todo salga bien. Elon colgó la llamada, respiró profundo, pensó en Brinn, estuvo a punto de retroceder, pero hizo otra llamada. —¿Elon Hart? —Hola, quiero pedirte un favor, pero no se lo digas a Phoenix. —¡Habla ya