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Al día siguiente. Cuando Rossana despertó, su cabeza dolía, se miró en la cama, casi semi desnuda, los recuerdo vinieron como un torbellino que la golpeó. Se asustó de sí misma. «Nunca volveré a beber» pensó. Elon entró y ella apenas se cubrió con una sábana. —¿Puedes vestirte? Tengo una junta con los socios en tres horas, en un evento con tu hermano, quiero dejarte con Brinn. Ella aceptó. Él tenía dos pastillas, y agua, los puso sobre la mesa. —Toma eso, créeme que te sentirás mejor. Rossana las tomó y tragó. —Ayer… lo siento… —Olvídalo, no es importante, Apúrate, por favor. Rossana no pudo evitar sorprenderse, un pensamiento vino a su mente «No le gusto, eso es obvio, no es gay, solo no le gusto», pensó Ella fue al baño, se dio una larga ducha, ahí recordó que ahora estaba