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Rossana estaba recostada, lloró suficiente, sintiéndose rota, miró el reloj, eran casi las cuatro de la mañana. Se preguntó si Elon Hart se había embriagado tanto para estar dormido en un sofá, decidió ir a averiguarlo. Bajó la escalera, lo vio sentado en la alfombra, frente al pino de navidad y la chimenea. Bebía una copa de vino, seguía todo en silencio, cuando alzó la vista, la vio con duda. —Pensé que dormías. —Y yo pensé que estabas ebrio y dormido. —¿Y qué? ¿Venías a matarme? —exclamó Elon con un aire sarcástico. Ella puso ojos en blanco de fastidio. —No, ya te debo la vida, no iba a matarte. Rossana se sentó a su lado, tomó la botella, le quitó la copa. —¿Puedo? —preguntó Él alzó la mano aceptando, la vio servirse del whisky en su copa, ella bebió un trago, al instante se