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El hombre la miró con ojos severos. —¿Qué dices? ¿Cómo…? —titubeó Lisa —¿Cómo lo supe? Sé todo de ti, ¡Yo soy dueño de todo lo que tú eres, Lisa! Pero, me engañaste, ¿crees que podría soportarlo? Vine por mi hijo, y puedes quedarte en tu infierno, pero a Thiago, nunca lo volverás a ver —espetó con rabia. Ella le miró con temor. —¡¿Me escuchaste?! —exclamó pellizcando con fuerza sus mejillas, ella lanzó un quejido que lo sorprendió, cuando él pudo ver que no podía ser por su toque, al no ser muy fuerte, apartó el cabello de su cara, se quedó perplejo al ver semejante moretón en su mejilla, eso no podía ser hecho por él—. ¿Qué te ha pasado? Lisa retrocedió. —Me… caí… —dijo con voz temblorosa, algo no le pareció lógico, Emiliano la miró de arriba abajo, notó que temblaba, algo estaba