Capitulo 21

972 Words
No se como, en realidad nadie creo que pueda entender como Matt ha conseguido convencer a Chiqui para llevarnos a las piscinas del internado. Nuestro internado tenía bastantes terrenos, y en parte de ellos tenía una enorme piscina climatizada que no se usaba, que nadie tocaba, porque cualquier cosa que no fueran animadoras o fútbol en este colegio estaba p*******o, no sé la razón, creo que nadie lo sabe, solo hay rumores, de que el colegio antes era diferente pero apareció el nuevo director que cambió todo, para evitar distracciones. Caminamos por los terrenos del internado para llegar a la zona en la que estaba la piscina y no era solo una, había dos piscinas olímpicas y tres pequeñas, de las que usan los niños para aprender a nadar. Era increíble que no aprovecharán este espacio. Agarré a Isabella del brazo para ir a los cambiadores con ella. Las instalaciones eran enormes, no comprendía como el internado podía tener tantas cosas y nadie usarlas, desde aquí se podía ver un invernadero abandonado y otros edificios que eran parte del colegio pero que claramente estaban abandonados y nadie usaba, era una pena que en nombre de no distraernos de nuestros objetivos académicos, se desaprovecha todo esto. —Matt no va dejar que te pase nada—le deje claro. —No se como he aceptado esto—se quejó Isabella. —Quieres hacerlo—le dije. Me senté en el cambiador y miré a Laura. —¿Soy la única que no conocía esta parte?—les pregunté. Gemma y Laura se encogieron de hombros, las gemelas se miraron entre ellas demasiado sorprendidas. —Hay mucho por aprovechar—se quejó Lisa. Rosa me miró. —El colegio antes era el triple de grande, tenía mucho terreno, supongo que seguirá siendo del mismo dueño solo que no se puede mantener—explicó ella. —Con el dinero de la matrícula de cada uno, podrían construir tres piscinas olímpicas, mínimo—se quejó Gemma. —No lo sé—se quejó Rosa—Supongo que pagaran muy bien a los profesores porque eso de vivir en el quinto coño debe ser horrible—comentó. La mire. —¿Tú cómo sabes eso?—le pregunté. —¿Cuánto les pagan o lo del quinto coño?—me pregunto. —Lo de los terrenos del colegio—me queje. Rosa me miró. —Mi abuelo estudió aquí y antes de morir hablaba de este sitio de forma rara, es como si antes hubiera sido un hermoso lugar, un refugio pero algo pasó y cambió todo, incluso mencionó fantasmas —explicó. Isabella la miro. —¿Tu abuelo no murió de demencia?—preguntó Pat. Rosa no se sintió incómoda, miró a Pat y se encogió de hombros. —Sí, pero supongo que algo de verdad diría—explico Rosa. Isabella se quedó en silencio a mi lado, analizando la situación, no dije nada delante de las demás, podía ser que no fuera nada o que ella tuviera el pensamiento más importante del mundo en su cabeza. Cuando todas se fueron hacía la piscina, la paré y la mire. —Habla—exigí. —Puede que no sea nada—aviso y miró a todos lados para comprobar que nadie nos escuchara—Hay algo que se llama lucidez terminal, es cuando alguien con demencia va morir, por unos minutos, es capaz de tener la cabeza con todas su capacidades, de recordar—me explico. —¿Me estás diciendo que hay fantasmas en el internado?—le pregunté y ella me miró. —Es una tontería, quizás ni es importante pero sería lógico que algo hubiera desencadenado el cambio en el internado—contó y la mire, era lógico, no creo que una persona se levantara un día decidiendo cambiar todo, lo más normal era que algo pasara pero ¿Qué?—No pienses en ello, es una tontería, dudo que haya fantasmas, no existen—añadió. Tenía razón, ni debía esforzarme en pensar en ello, lo que hubiera pasado en el colegio, no era algo que fuéramos a saber, nadie nos lo diría e investigarlo era imposible, debía dejar de pensar en ello, solo me daría pesadillas. Fuimos con los demás a la zona de piscina y mientras la gente se metía a nadar en las piscinas grandes, Matt, Aiden, Isabella y yo fuimos a una de las piscinas pequeñas para que Matt enseñara a nadar a Isabella. —¿En qué piensas?—me preguntó Aiden sentándose a mi lado en el borde de la piscina. Lo mire para darme cuenta que era un chico muy atlético y que tenía un pequeño tatuaje en el brazo pero por las camisas largas, jamás se lo pude ver. —¿Qué significa ese tatuaje?—le pregunté para mirarlo bien y parecía más un garabato que otra cosa. Me miró. —Es un dibujo de un libro que mi madre solía leer cuando era pequeño—explicó. Era un círculo, dentro de este había un triángulo invertido con tres líneas horizontales y una vertical que las pasaba por el medio finalizando con un rabito doblado. —¿Qué significa?—pregunté curiosa. —No se—me contó y le mire—Mi madre no me explicó nunca eso, pero amaba ese libro—me contó y le mire. —Nunca me había imaginado que tenías un tatuaje—pensé en alto. Aiden rió. —Las apariencias engañan—comunico—Tú pareces una chica muy borde y eres algo agradable—me dijo haciendo que le empujara a la piscina molesta por su comentario pero de la misma forma, muy divertida. Al final resulta que no solo voy a encariñarme con Isabella sino que su primo también va tener un sitió en mi corazón.
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