―¿Para qué? ―Y… si nos vamos a bañar juntos, me pareció un buen gesto ayudarte con la espalda. ―Mmm… bueno, está bien ―dijo ella, sin mucha convicción. En cuanto dio media vuelta yo tomé el jabón y comencé a frotarlo por toda su espalda, también aproveché para poner mi pene flácido justo entre sus nalgas. ―Mi mamá me dijo que soy bueno en esto… ―¿Y ella no se queja de que tu m*****o quede tan cerca? ―No, para nada. Porque entiende que no me puedo sacar la v***a para bañarme y colocármela después… además en esta bañera no hay mucho lugar. Pero se ve que a vos te molesta todo… ―Perdón, no fue mi intención, es solo que… hace mucho que no estoy tan cerca de un hombre desnudo, y se siente raro de que se trate de mi propio nieto. ―Quizás por eso tenés tantos tabúes con la desnudez. Yo ya