Pasaron unas horas apenas de ese caliente encuentro con su hijo. Al pasar por el baño principal, Mateo estaba en la ducha nuevamente y se oía el agua caer. Se preguntaba a sí misma que tan mal estaría entrar desnuda y ducharse con su hijo. No debía hacerlo, pero las ganas eran muy fuertes. Llegó a tomar el picaporte con la mano y se quedó unos minutos oyendo el agua e imaginándose el cuerpo de su hijo desnudo y sobre todo la pija esa hermosa que él tenía. Un pensamiento la invadió y no quiso reprimirse. Abrió la puerta y se asomó - ¿No te duchaste hoy? - Ahhh, me asustaste, mami — dijo Mateo con una sonrisa - ¿Otra vez duchándote? - Sí, porque fui al gimnasio y estaba transpirado - Muy bien, lavate bien — dijo Selene con una sonrisa y una pícara mirada a