Milagros volvió a protestar, e incluso luchó por liberarse. Fue completamente inútil, su hermana tiene mucha más fuerza que ella. Por la forma en que le gusta que yo le meta la v***a por la boca, sé que a Milagros le gusta el sexo duro, y aunque su orgullo esté un poco herido, sé que está disfrutando de este momento. Mi v***a consiguió entrar lo suficiente para poder darle una buena experiencia de sexo anal a Milagros. Tuve que sujetar fuerte sus manos, pero más allá de eso no noté ninguna resistencia. Ella comenzó a gemir en cuanto yo inicié el bombeo. Mi v***a se fue hundiendo más y más. De vez en cuando la sacaba, para que Brenda pusiera un poco más de lubricante, luego la volvía a meter, consiguiendo ir cada vez más adentro. Así fue que conseguí meterla completa y dejar su culo aprop