Cabizbajo entré al cuarto de Pao. Me sorprendió encontrarla completamente desnuda, con las piernas bien abiertas y metiéndose los dedos en la concha como si llevara un año de abstinencia s****l. ―¡Ay, sos vos! ―Exclamó ella―. ¡Qué susto! Pensé que era otra… ―¿Te molestaría si alguien más te sorprendiera masturbándote? ―Em… quizás no me molestaría, pero sí sería humillante. En especial si se tratase de Camila. Estuve a punto de decirle que se me ocurrían algunos motivos por los cuales a Camila no le molestaría verla masturbándose; pero preferí guardármelos. No quería meter a mi hermana mayor en este asunto. ―¿Qué tal te fue con la bruja? ―Preguntó Pao―. ¿Ya te devolvió tu cuarto? ―No ―abatido, me senté en el borde de la cama, hasta mi pene estaba cabizbajo―. Esa arpía siempre tiene al