―No, si eso lo tengo claro. Es importantísimo que nunca se te vea la cara. La mayoría de la gente a la que le vendo fotos no me conoce, pero quizás alguien logra ubicarme y no van a tardar mucho en darse cuenta que sos mi mamá. Así que mejor… que no se te vea la cara. ―Entonces vamos a hacerlo ―dijo Selene, poniéndose de pie. Sus grandes tetas rebotaron de una forma muy sensual―. Yo estoy lista cuando vos estés lista… y Mateo puede sacar las fotos. ―Con mucho gusto ―dije, sintiendo una vez más el palpitar en mi v***a. Mi mamá parecía decidida, se bajó la tanga de un tirón y Pao miró con una sonrisa que era más una mueca de confusión, como si dijera: “¿Qué está haciendo esta mujer?” Selene se acostó boca arriba en la cama, separó un poco las piernas y le hizo señas a su hija para que s