Ella salió del cuarto y me quedé solo con la v***a aún dura. Esta vez pude relajarme un poco más, sabiendo que ya nadie me interrumpiría. No fue la paja más satisfactoria… de hecho duró muy poco, pero me sirvió para descargar tensión. Esa noche me acosté antes que mi tía, y ella no me despertó en ningún momento. Al parecer ya no intentaría masturbarse mientras yo estuviera en la cama. Eso me apenó un poco, porque ahora Tamara no tenía un lugar en el que poder masturbarse en paz. Quizás podía llegar a un acuerdo con ella sobre este asunto, pero se lo diría en otro momento. No quería presionarla. Yo tuve varios días para asimilar la “ayuda” que me brindaron Milagros y mi mamá… para Tamara era todo nuevo. * * * Al día siguiente vi a Paola dirigirse hacia el baño y la seguí. Ella entró y