―Además la mayoría somos mujeres ―dijo Pao―. A mí nunca me molestó verle las tetas a mis hermanas. Por eso, ya hartas de esa situación, le pedimos a mi mamá que nos permitiera andar en ropa interior o desnudas. El único problema era Mateo. ―A eso quería llegar ―dijo mi mamá―. A mí me incomodaba mucho la idea de que Mateo viera a sus hermanas desnudas, y que ellas lo vieran desnudo a él. Sin embargo, Milagros y Tamara me hicieron entrar en razón. Me demostraron que Mateo tenía un problema para relacionarse con las mujeres. ―Algo parecido a lo que te pasa a vos, Brenda ―dijo Camila―. Vos y Mateo no son tan distintos. ―Saber esto me llevó a tomar medidas desesperadas ―comentó Selene―. Tomé decisiones difíciles. No sé si fueron las correctas o no; pero me hago cargo de ellas. Acepté que las