Regresé a mi cuarto, porque no tenía ganas de aguantar la furia de mi abuela, y me encontré con Brenda, desnuda en mi cama, haciéndose tremenda paja. Tenía el celular en la mano y miraba fijamente la pantalla mientras se colaba los dedos en la concha. Al verme sonrió y me agradó mucho que no intentara cubrirse. Es más, ni siquiera detuvo su masturbación. ―¿Estás mirando porno? ―Le pregunté mientras me acercaba a la cama. ―Sí, porque la abstinencia s****l me está matando. ―Y eso que cogiste un montón en estos días. ―Justamente por eso. Me acostumbré a coger todos los días… y ahora no puedo estar ni tres horas sin hacerme la paja. ―¿Y qué mirás? ―Me senté junto a ella, me enseñó la pantalla del celular. Vi a una chica joven y muy bonita recibiendo una gruesa v***a por el orto, ella est