Con su cara de miedo todos entendimos el por qué de la negativa. Su baño aún está lleno de consoladores y ropa interior erótica. Si mi abuela pasara una sola noche allí, encontraría todo de inmediato. ―En la pieza de Selene voy a dormir yo ―dijo Tamara, como si se estuviera apoderando de ese privilegio―. Jessica podría dormir conmigo, nos va a venir bien ponernos al día. A Jessica no le hizo demasiada gracia, pero como la abuela dijo “Me parece bien” tuvo que limitarse a sonreír. Esta chica es tan falsa que me da rabia. ―Podés quedarte en mi cuarto ―propuso Milagros―. Si a Priscila no le molesta, puedo dormir con ella. ―Me encanta la idea ―dijo Priscila, sabiendo que si Mila estaba con ella no le iba a faltar el sexo. ―Perfecto. Ya está todo arreglado ―dijo Tamara, con una gran sonris